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La difícil historia de la modelo iraní que escapó tras amenazas de latigazos y terminó viviendo en las calles de Francia

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La modelo iraní Negzzia (29), nombre que utiliza para cubrir su verdadera identidad, ha tenido una vida difícil marcada por persecuciones, amenazas y un sueño que no le ha sido fácil conseguir.

Todo comenzó en 2017 cuando tras posar en ropa interior en Irán, recibió amenazas de castigos de cárcel y latigazos por violar las leyes islámicas, en las que se considera como un crimen “indecente” y en “contra de la modestia” lo realizado por la modelo. Desde entonces, la joven ha estado intentando huir de la policía del Gobierno iraní.

Su primera parada fue Turquía, donde por poco tiempo trabajó como modelo en Estambul. Sin embargo, la cultura conservadora del país hizo que tuviera que buscar otro destino para poder seguir desarrollándose dentro de su profesión.

“Me teñí el pelo de rojo y la gente me gritaba por la calle. Las mujeres eran las peores, una incluso me mordió”, reveló la modelo en una reciente. A pesar de no tener contactos ni dinero, la modelo decidió continuar su carrera en Francia, ya que se imaginó que la sociedad estaría más abierta de mente.

Pero, al llegar a París, hace nueves meses, nada fue como ella esperaba.”Todos me iban echando de sus casas porque no me acostaba con ellos. Un día me decían que me amaban y como no funcionaba me recomendaban que me metiera en la prostitución”, contó Negzzia, agregando que al llegar a París descubrió que se encontraba dentro de una sociedad y un mundo muy sexualizado.

Mientras esperaba optar a una visa de trabajo, varias personas le ofrecieron realizar prácticas con las que no estaba de acuerdo. “Un tipo me dijo que me iba a ayudar; me ofreció trabajo. Llegó el visado y me llamó diciendo que todo estaba preparado. ‘Ya están los billetes, pero la primera semana quiero arrendar una habitación preciosa frente a la Torre Eiffel.

Tú y yo, pasando una semana maravillosa juntos”, recordó la modelo que le ofrecieron.”Nunca en mi vida me acostaría con alguien a cambio del éxito. Le dije que no, que si quería ayudarme que lo hiciera, pero que no quería pasar una semana romántica con él. Me dijo ‘bueno, entonces no hay trabajo’, y me bloqueó”, explicó.

Todas estas situaciones obligaron a la modelo a tener que dormir en las calles parisina, esperando poder optar a un visado de trabajo. Hace algún tiempo, cuando su historia se hizo conocida, el Gobierno francés la ha estado ayudando con sus trámites, ofreciéndole un albergue para pasar las noches y una ayuda de 400 euros (cerca de $300 mil pesos) al mes que utiliza para comer e ir al gimnasio, para así poder mantener su fuente de trabajo: su físico.

“La primera noche en la calle fue muy dura, pero por dentro me sentí mucho mejor”, recordó. En su cuenta de Instagram, la cual mantiene actualizada constantemente, cuenta con cerca de 130 mil seguidores. “Soy una mujer orgullosa que va más allá de su zona de confort y rompe todas las reglas que no tiene respeto por las mujeres”, es como se describe en la red social.

Sin embargo, no todo ha sido tragedia durante este último tiempo, ya que desde que su historia ha estado llamando la atención entre las agencias de modelos en el país, ya ha recibido algunas ofertas de trabajo.

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