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Economia

Banco Mundial mantiene medalla de oro para Bolivia en 2019

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A pesar que el organismo internacional redujo su proyección de crecimiento económico para Bolivia de 4,3% a 4%, una vez más el país mantendrá el liderazgo en crecimiento económico de la región en 2019, en un contexto internacional frágil caracterizado principalmente por la incertidumbre en los mercados internacionales.

En sus recientes previsiones de crecimiento económico para América Latina y el Caribe, el Banco Mundial ha asignado una tasa de 4,0% para la expansión del PIB boliviano, ubicándonos por séptimo año, desde 2006, como el país con el mayor crecimiento incluso por encima de las grandes economías como Brasil y Argentina que presentan tasas por debajo del 3,0%.

El organismo mundial ha reducido de manera importante el crecimiento de 2019 para la región sudamericana, yendo de 1,4% que preveían en enero a 0,4% publicado recientemente. Así, los mayores ajustes fueron realizados para Venezuela a quien redujeron 17 puntos porcentuales (pp), Ecuador con una corrección a la baja en 0,6pp entre enero y abril, y con una menor corrección están Paraguay, Uruguay y Bolivia con 0,3pp cada uno.

No obstante, es importante notar que las estimaciones que realiza el Banco Mundial para Bolivia, consecutivamente, han sido inferiores a lo que realmente se observó en la economía. Por ejemplo, en 2016, año de significativa caída de los precios internacionales de las materias primas, el organismo proyectó que la economía boliviana crecería a una tasa de 3,7%, no obstante, el desempeño económico real observado del producto en Bolivia fue de 4,3%, 0,6pp por encima a lo proyectado y el más alto de América del Sur. En este sentido, existe la seguridad de que en 2019 Bolivia continuará con el dinamismo económico de los últimos trece años y mantendrá la medalla de oro en crecimiento económico de Sudamérica, resultado logrado bajo la prudente administración del gobierno del Presidente Evo Morales y la aplicación de las diferentes políticas económicas orientadas al fortalecimiento de la demanda interna y a la reducción de la pobreza, en el marco del Modelo Económico Social Comunitario Productivo aplicado desde 2006.

 

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