Bolivia celebrará 20 años de su Récord Guinness que congregó a 2.317 zampoñistas

La Paz, 24 de octubre 2024

OBDEFOLK conmemoró el vigésimo aniversario de un hito cultural sin precedentes en Bolivia, la congregación de 2.317 zampoñistas en la icónica Plaza San Francisco de La Paz, quienes un 24 de octubre de 2004 unieron sus talentos para interpretar piezas musicales, obteniendo así el primer Récord Guinness para el país.

El presidente de la Organización Boliviana de Defensa y Difusión del Folklore Boliviano (OBDEFOLK), Napoleón Gómez, rememoró este logro que no solo representó un motivo de orgullo nacional, sino también una reafirmación de la rica tradición musical del altiplano boliviano, donde la zampoña, siempre formó un instrumento milenario de viento andino que juega un papel central en la identidad y cultura sonora de nuestro país.

El evento, organizado OBDEFOLK (2004) y apoyado por diversas agrupaciones culturales que utilizaban este instrumento musical en ese año, logró atraer la atención internacional y nacional, poniendo en claro que la zampoña forma parte de Bolivia en el mapa de los récords mundiales.

Bajo la unión de 2.317 intérpretes en zampoña y con el apoyo de músicos de distintas regiones del país, la Plaza San Francisco, vibró al compás de melodías que resonaron no solo en el corazón de La Paz, sino en todo el mundo, relató Gómez.

Este récord Guinness es el testimonio del poder de la cultura boliviana para unir a las personas y recordar a las generaciones futuras sobre nuestras tradiciones culturales. Cada año y en la fecha del 24 de octubre se conmemora el aniversario de este logro con actos que rinden homenaje a la celebración de los 20 años del primer Récord Guinness.

En esta ocasión se ha previsto para la mañana del 27 de octubre en la Feria Dominical de Mil Colores que se desarrolla en el prado paceño, rememorar con distintos intérpretes musicales y resaltar la importancia de conseguir el primer Récord Guinness y su importancia en la historia de Bolivia, acotó.

La hazaña de 2004 no solo fue una demostración de la destreza musical de los participantes, sino también un reflejo del compromiso de Bolivia por preservar y promover su herencia cultural. Veinte años después, el país sigue recordando con orgullo este logro que marcó un antes y un después en la historia cultural boliviana.