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Bolivia pide el juicio para Goni por la masacre de octubre negro 

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Bolivia pide el juicio para Goni por la masacre de octubre negro
En la justicia hay un proceso por 88 muertos. Según los alteños fueron 80 fallecidos. Goni se fue del país el 17 de octubre de 2003.

El proceso civil instaurado en Washington por las víctimas concluirá a mediados de 2018. En Bolivia no hay avances en el juicio de responsabilidades contra Goni y en EEUU se estancó el proceso de extradición

Marlene Nancy Ramos Rojas tenía siete años cuando encontró la muerte por su inocente curiosidad. El 20 de septiembre de 2003 fue a la ventana de su casa, en Warisata, en el departamento de La Paz, para ver el helicóptero militar que había llegado a la zona para buscar a dirigentes campesinos.

Una bala ‘perdida’ impacto en su pecho. Su padre la encontró sin vida en el suelo. Ese sábado iniciaba la denominada guerra del gas y era el principio del desenlace del Gobierno de Gonzalo Sánchez de Lozada. Hoy, tras 14 años, poco se avanzó en el clamor de justicia de los afectados en Bolivia, aunque en Estados Unidos hay más progreso en el juicio civil contra el expresidente Sánchez de Lozada y de su ministro de Defensa, Carlos Sánchez Berzaín.

Eloy es el padre de Marlene. Él la llamaba de cariño “Marleni”. Eloy tardó en recuperarse de la irreparable pérdida y hoy relata parte de los hechos. Recuerda la llegada de los militares a Warisata, ese sábado 20 de septiembre, y ante la mirada de “muchos inocentes” dice que empezaron a disparar bajo la excusa de buscar a los dirigentes campesinos que habían bloqueado la ruta a la localidad turística de Sorata e impidieron el paso de varios extranjeros que querían retornar a La Paz. Ese día también fallecieron en Warisata Juan Cosme y Simael Quispe; además de una persona en Ilabaya y otra en Sorata.

Felipe Quispe, el Mallku, en su condición de ejecutivo de la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia (Csutcb), lideraba la movilización.Hoy se declaró en la clandestinidad por los conflictos que encabezó recientemente en Achacachi, y que concluyeron hace dos semanas.

El Mallku, en su libro La caída de Goni, revela que esos días de septiembre se diseñó un plan para emboscar al entonces ministro de Defensa, Carlos Sánchez Berzaín, quien llegó a Warisata para comandar el operativo de desbloqueo. Esa idea no tuvo frutos, ya que la exautoridad decidió regresar a La Paz en helicóptero; sin embargo, hubo un policía muerto producto de la emboscada.

El sector campesino inició sus protestas el 2 de septiembre de 2003. Realizó una marcha desde Caracollo (Oruro) hasta La Paz con demandas totalmente diferentes a las que su sumaron en octubre de ese año.Luego hicieron una huelga de hambre en instalaciones de radio San Gabriel, en El Alto, para exigir la liberación del dirigente Edwin Huampo.

Inicio del conflicto
El grueso del conflicto se inició ese 20 de septiembre y poco a poco se extendió desde Warisata hasta El Alto. Cuatro días antes se había oficializado el rechazo a la exportación de gas a México y a Estados Unidos por puertos chilenos.

Y es el 23 de septiembre cuando las fuerzas sindicales unen brazos. Los campesinos bloquean la carretera La Paz-Oruro, que conecta también a Cochabamba y Santa Cruz; así como la ruta a Desaguadero, que conduce a Perú. Los cocaleros de Yungas de La Paz bloquean caminos en esa región. El 9 de octubre, en El Alto se instaló un paro indefinido y se suman tres víctimas. La demanda ahora se centraba en la industrialización del gas y en la renuncia de Sánchez de Lozada.

El Gobierno no hace caso y militariza la ciudad alteña. Roberto de la Cruz, exlíder de la Central Obrera Regional (COR) de El Alto, recuerda esos días. Relató que hasta el 12 de octubre sumaban 60 muertos y que varias zonas alteñas se organizaron para enfrentar a las fuerzas militares.

El 13 de octubre el vicepresidente Carlos Mesa renunció a su cargo y también el ministro Jorge Torres. Ambos no estaban de acuerdo con las muertes y la forma de llevar adelante los operativos militares. El Gobierno llamó al diálogo con la agenda de Asamblea Constituyente, referéndum para la exportación de gas y modificación a la Ley de Hidrocarburos. Ese llamado fue rechazado. De la Cruz recuerda que en ese momento solo se quería la renuncia de Sánchez de Lozada. El presidente se negaba a dar un paso al costado. “No voy a renunciar, no me voy a ningún lado”, esa frase enardeció más al pueblo.

Jaime Solares era ese entonces el ejecutivo de la Central Obrera Boliviana (COB). El exdirigente mencionó que el 16 de octubre llegó a La Paz una multitudinaria marcha y los mineros se habían sumado a las movilizaciones. “La única consigna era la renuncia de Goni, para ese entonces ya no servía el diálogo, cómo dialogar con más de 60 muertos, no pues. Goni mató al pueblo y lo único que se quería era su salida”, relató.

Goni decide renunciar
La división entre los socios del Gobierno de entonces (MNR, MIR y NFR) era evidente. Se alejaron sus aliados, Manfred Reyes Villa y Jaime Paz Zamora. Los ministros presentaban sus renuncias y los únicos que acompañaron a Goni hasta el final fueron Sánchez Berzaín, ministro de Defensa; Yerko Kukoc, ministro de Gobierno, y  José Guillermo Justiniano, ministro de la Presidencia.

El entonces jefe de Estado redactaba su carta de renuncia el 17 de octubre en la residencia presidencial, en la zona de San Jorge de La Paz. A las 9:00 de ese día comunicaba su decisión a su entorno. Y es que en las calles de la sede de Gobierno ya no había presencia militar ni policial. Solo había un resguardo en la casa presidencial.

De a poco el helicóptero Lama llevaba a políticos del MNR a la base militar de El Alto; Goni y su esposa era el periplo del contingente. Luego toma el avión presidencial hacia Viru Viru, en Santa Cruz, y a las 22:00 subió a una aeronave comercial del LAB hacia Estados Unidos. Para eso, todo el protocolo de sucesión presidencial se había resuelto.

Mesa sabía de la decisión y tuvo algunos reparos con la embajada de Washington, pero al final logró el aval. En ese lapso ya se había logrado una cierta calma y los dirigentes Felipe Quispe, Roberto de la Cruz, Jaime Solares y Evo Morales, que apareció en la última etapa de la lucha, estaban de acuerdo con la decisión que había asumido Goni.

La carta que dejó Sánchez de Lozada fue leída en el Congreso mientras Goni viajaba a Miami. Y de inmediato Mesa prometía convocar a la Asamblea Constituyente, realizar un referéndum sobre la exportación del gas, modificar la Ley de Hidrocarburos y revisar el proyecto de capitalización. Tenía cierto apoyo de la clase sindical.

El conflicto se había cobrado la vida de 67 personas, que con el transcurso del tiempo, según datos extraoficiales, ascendieron a más de 80. La última persona en fallecer fue Luis Villca Gavincha, que vivió 14 años con una bala incrustada en la cabeza. Murió este martes en El Alto.

Sánchez Berzaín culpa a Mesa y a Evo de orquestar un golpe de Estado contra Goni, a pesar de que Morales se ausentó en el inicio del conflicto para realizar una gira a Libia, Suiza y Venezuela. Además, según el libro del periodista y escritor Ricardo Sanjinés, Sánchez de Lozada creía que Mesa y Ana María Romero de Campero, exdefensora del pueblo, se unieron para realizar una conspiración. Eso lo negó Mesa y señaló que llegó al poder solo porque había que respetar la sucesión presidencial establecida en la Constitución.

Evo, al final
De Evo Morales en la lucha de septiembre y octubre de 2003 se sabe muy poco. Quispe dice que el actual presidente se agarró al final del conflicto para lograr un rédito político. Lo mismo piensa De la Cruz, quien relata que Morales no estuvo en las calles de la ciudad de El Alto cuando los contingentes militares se enfrentaban con la población alteña.

De la Cruz reveló que Morales se introdujo en el conflicto recién el 14 de octubre, tres días antes de la huida de Sánchez de Lozada. El exdirigente cuenta que Evo lo llamó por teléfono para decirle que había llegado a Bolivia y que de ser necesario tomaría una avioneta particular para llegar a El Alto. “Molesta que los medios, en ese entonces, le dieron (a Morales) protagonismo como líder de la rebelión de octubre”, reclamó.

El exdirigente continúa con su reclamo y reconoce que junto a Solares, Álvaro García Linera y Mirko Orgáz diseñaron el modelo de nacionalización. El documento fue entregado por De la Cruz a Morales, quien lo hojeó y no le tomó importancia, según el exlíder de la COR de El Alto.

De la Cruz se adueña de la movilización de ese entonces. Dijo que el 2 de septiembre de 2003 convocó a la marcha desde Caracollo a La Paz y que Quispe se integró a las demandas tres días después. De Evo Morales afirma que simplemente no quiso participar.

Sin embargo, en el Congreso de ese entonces la principal fuerza opositora la tenía el Movimiento Al Socialismo (MAS) y Morales era el jefe de bancada. Antonio Peredo y Filemón Escobar eran los dos asesores del actual mandatario y ellos, ambos fallecidos, le tenían al tanto a Morales sobre lo que ocurría en El Alto.
Según la dirigente cocalera Leonilda Zurita, el actual mandatario estaba en plena coordinación con De la Cruz, Solares y Quispe, a pesar de que emprendió su gira por Libia, Ginebra y Venezuela. Además, la allegada a Evo revela que el sector cocalero que representaba Morales ayudó en los bloqueos de vías de ese entonces.

Fuente: El Deber y ANf

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