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Dolientes ubican a sus seres queridos en el cementerio  que perdieron la vida por COVID-19

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(Infodiez-24/09/20)

“Decían que lo han quemado, de todo hablaban, más bien he venido y lo he encontrado. Estoy algo tranquila”, dice con voz entrecortada Betty, quien llegó al Cementerio General para dejar flores y dar oraciones a su esposo Eduardo que falleció hace dos meses a causa de la mortal enfermedad.

El camposanto abrió sus puertas a las 10.50 para que los familiares de los difuntos por COVID-19 visiten o reconozcan los nichos. Desde muy temprano varios llegaron para comprar flores y  apostarse en la puerta principal.

“Mi esposo era alegre, era la chispa de la casa; ahora la casa quedó en silencio”, dice María que sostiene en sus manos un ramos de claveles rojos; ella también enviudó a causa de la pandemia.

Emiliana, con sombrero, manta y pollera negra no puede ocultar su dolor, también perdió a su esposo quien llegó del área rural para un control médico por una operación y se contagió. “Tenemos 10 hijos, nos ha dejado a toda la casa enfermos, nos hemos recuperado después de un mes y medio, no hubo ayuda”, comenta.

Al igual que Betty, María y Emiliana, son cerca de 1.000 personas que visitaron, hasta pasado el mediodía, los nichos de sus seres queridos. Según datos de la Alcaldía de La Paz, son 1.233 cuerpos que fueron inhumados en el megapabellón del camposanto, otros en los pabellones 201, San Gabriel y Luis Espinal; y también en otros espacios. Muchas personas pudieron ubicar los espacios de entierro con orientación de la administración edil.

En esta jornada se movilizó a 70 personas para guiar a los familiares. Las puertas 1 y 4 fueron habilitadas para el ingreso, y la 2 y 3 para la salida. Hay personal edil que realiza los controles y desinfección de los visitantes.

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