Conecta con nosotros

Turismo

El Cementerio de Trenes de Uyuni en riesgo de desaparecer

Publicada

el

El Cementerio de Trenes de Uyuni ,una de las ofertas turísticas sin precedentes tanto para turistas nacionales como para extranjeros que diariamente llegan a este lugar histórico de Bolivia

Despojados del último tornillo útil y entre virutas de acero regadas en el suelo como una triste alusión al emporio que alguna vez fueron los ferrocarriles en Bolivia, casi un centenar de trenes, entre vagones de carga de pasajeros y viejas locomotoras siniestradas, yacen en medio del árido altiplano de Uyuni.

El Cementerio de Trenes de Uyuni ,una de las ofertas turísticas de muchas de las agencias, es una visita sin precedentes tanto para turistas nacionales como para extranjeros que diariamente llegan a este lugar y que hasta ahora no  es aprovechada económicamente en su totalidad, tanto así muchos turistas llegan al azar y pueden admirar las imponentes máquinas, fotografiarlas e incluso llevarse pequeños “souvenirs” sin pagar ni un solo centavo, un lujo que la incipiente  “Industria sin chimeneas” no puede darse si se toma en cuenta que en todos los sitios turísticos del mundo se paga.

A seis kilómetros de la ciudad de Uyuni, las rieles del tren que alguna vez comunicaron esta capital fronteriza con los principales centros de abasto, acogen las impresionantes máquinas que en su mayoría fueron traídas en barco y ensambladas en el país, las marcas de fábrica, casi borradas por el tiempo dan cuenta del origen de estos colosos de acero, las hay de origen inglés en su mayoría, alemanas y también de origen brasileño que acompañaron la época dorada de los ferrocarriles en Bolivia .

Fue en septiembre de 1888 cuando el Dr, Aniceto Arce presidente constitucional de Bolivia asume el poder e inmediatamente da órdenes para la ejecución del proyecto ferroviario que significaría la más grande obra de su gobierno, destinando para este efecto casi todos los ingresos fiscales nacionales, sin embargo, el proyecto no prospera y fue durante la presidencia del Dr. Eliodoro Villazón que se concluye el proyecto atrayendo importantes inversiones internacionales y al finalizar su gobierno Bolivia gozaba de finanzas saneadas y la minería del estaño, la plata hacían florecer al país.

Los turistas se llevan un “recuerdo”

El Cementerio de Trenes de Uyuni nació dela intención de los administradores del Ferrocarril Antofagasta – Bolivia de crear un depósito con los trenes siniestrados y de chatarra, con el fin de reutilizar este material como repuestos para sus máquinas en funcionamiento, sin embargo, cuando llegó la nacionalización de los ferrocarriles el proyecto fue olvidado y el depósito saqueado sistemáticamente por gente que llegaba del interior del país  a llevarse lo que se podía de este reservorio utilizando inclusive trailers según relatan trabajadores de aquella época.

Es urgente que autoridades municipales y de turismo  busquen soluciones a esta depredación, un proyecto inmediato sería el enmallado  de esta zona, para,  de esta manera,  precautelar todas las piezas históricas que se encuentran en ella actualmente al aire libre y entre las que se encuentran trenes accidentados, bodegas, coches de madera y carros planos, piezas exquisitas para coleccionistas en un escenario ideal para quienes quieran conocer más de la apasionante historia de los ferrocarriles en Bolivia..

Los últimos robos ocurridos en el Cementerio de Trenes de Uyuni han puesto en alerta a las autoridades de la comuna quienes a su vez denunciaron estos robos a la Policía, lamentablemente, el poco personal policial con que cuenta esta institución poco o nada puede hacer, quizá momentáneamente se podría contratar tres serenos que en turnos de  ocho horas cada uno, puedan vigilar las 24 horas del día como se hacía durante la permanencia de los ferrocarriles antes de la nacionalización y capitalización.

Lo poco que queda de estas reliquias en el Cementerio de Trenes de Uyuni son un cúmulo de viejos fierros ,esqueletos de locomotoras, algunos coches de pasajeros y varios carros planos, solo visitados por turistas y saqueadores.

Los ladrones se llevan hasta partes de rieles.

El Cementerio de Trenes ha visto pasar los años de su gloria, hoy las rieles por las que circulaban los colosos de acero están despareciendo junto a  piezas antiguas de las locomotoras y hasta estructuras de acero de los vagones de carga depositadas hace años en este depósito.

Los saqueos al Cementerio de trenes según denuncia de los vecinos aledaños al lugar son en altas horas de la noche, los antisociales que se dedican a esta tarea inclusive utilizan  herramientas de última generación.

El Cementerio de Trenes de Uyuni se constituye en una de las atracciones turísticas más importantes del país después del Gran Salar de Uyuni y sus lagunas de colores, este Cementerio muestra una admirable colección de material rodante del siglo XIX, en esa época  el ferrocarril unía la ciudad de Uyuni con Antofagasta (Chile) y servía para transportar minerales como estaño, plata y oro a los puertos del Pacífico riquezas que llegaban de Potosí.

La industria minera se desplomó en la década de 1940 y decenas de trenes fueron abandonados , convertidos en piezas únicas de la era industrial formando un paisaje que bien podría salir en un cuadro de Dali .

Sólo quedan los tornillos en el viejo durmiente de fierro.

Los visitantes pueden inspeccionar los vagones entrando y saliendo de ellos, subiendo o paseando entre los trenes, y es interesante fijarse en los mensajes que se pintaron en algunas locomotoras como “Se necesita un mecánico con experiencia”, “Por favor no pintar” son los más recurrentes, sin embargo, el mensaje que más sorprendió a propios y extraños y que dio la vuelta al mundo es “Asi es la vida”, el mismo que resume el glorioso pasado de los ferrocarriles en nuestro país y concretamente el de Uyuni.

El gélido suelo altiplánico donde se establece el Cementerio de Trenes de Uyuni muestra amasijos de hierros oxidados que se retuercen en su propio abandono, en su propia indiferencia, el viento seco se cuela entre las ventanas y portalones arrancados por el  tiempo y por los comerciantes del metal

Es bueno aclarar que el Cementerio de Trenes de Uyuni, no es un museo, se trata de un depósito de locomotoras, vagones y piezas desperdigadas por el suelo que un día formaron parte de los viajes de los pasajeros, maquinistas y contrabandistas que se mecían en la informalidad de sus actos.

El cementerio de trenes de Uyuni sólo una atracción para los turistas.

Tendencias