Eliana Paco, la historia emocionante de madre y exitosa diseñadora

Mientras Eliana Paco,  una de las más reconocidas diseñadoras y embajadoras  de la moda de la chola paceña, carga a su niña  de año, recuerda sus inicios y cómo dividió su tiempo entre criar  a sus tres retoños e incursionar en el mundo  de la alta costura  de  trajes de mujeres de  pollera.

“Si bien tengo algo de éxito, se lo debo a mis hijos.  Mis hijos son el motor que me mueve”,  asegura orgullosa   Paco, quien en 2016  llevó  la moda de la chola paceña a las pasarelas del Fashion Week de  Nueva York.

Su camino no fue fácil.  Abrió su local  cerca del  Cementerio General hace 15 años, cuando dividió su tiempo entre el trabajo y la crianza de su segunda hija. Sin embargo, el sueño de convertirse en diseñadora nació antes, cuando tenía 17 años y ya  cuidaba a su primer hijo.

Ahora  con  35 años de edad, Paco  reconoce que se casó muy joven, pero no se arrepiente. “Siempre tuve la meta de trabajar, desde colegio. Cuando tenía 15 años trabajé con máquinas de hilandería. Cuando me casé e inicié una familia, inicié el trabajo más arduo, justo cuando llevaba a mi bebé en mi barriga”, dice. Y así comenzó todo.

“Cuando tienes alguien indefenso en el  vientre, te propones metas más fuertes”, asegura e indica  que en ese entonces ella trabajaba con su esposo ordenando documentos.

El esfuerzo de Paco valió la pena.   Hoy,   su local-taller es el más lleno y visitado  de la Galería La Paz. De rato en rato ingresan   clientes que quieren ver  nuevos diseños, otros definen  detalles de sus trajes  para  bailar en la entrada del Gran Poder.  Mientras atiende a la gente, Paco se da modos para alimentar y cargar a  su bebé.

Según la diseñadora,   el hecho de ser  una mamá joven  fue una fortaleza para iniciar sus proyectos personales. “Me volví  multifacética”, dice y evoca los tiempos en los que gestionaba sus sueños, mientras cargaba su bolso y sujetaba las manos de sus dos hijos.  “Yo podía con todo”, confiesa.

Con las primeras ganancias y la demanda de sus diseños, Paco contrató  a una persona para que se encargue de cocinar. Luego, gracias a su fama internacional, se vio obligada a  buscar a una persona para atender el local.  “Mi familia me apoyó mucho”, repite. “Mis hijos son todo lo mejor que Dios, me pudo dar”,  añade.

“Ellos representan todos mis logros. Quiero  darles un futuro mejor y una mejor educación para que no  tengan tropiezos, aunque  las dificultades hacen que uno crezca y tenga otra visión de la vida”, asegura.

Dice  que sus hijos mayores, aunque ayuden con el negocio, tienen otras metas en la vida,  “Les digo: ‘ si quieres ser pintor yo te voy a apoyar y  quiero que seas  el mejor’”, expresa .

Cada día, Paco  sale a las diez de  su casa  a  su local. Junto a sus retoños, la mujer se queda en la tienda hasta las 22:00, según la demanda de los clientes. A pesar de la hora, vuelve a su casa  y prepara  una merienda para compartir con sus  hijos. Y es que además de entregar todo su esfuerzo a su carrera como diseñadora,  ella disfruta al máximo de su vida como mamá.
Fuente: Página Siete