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Emocionante historia de Mayra la mujer que conduce un camión con su copiloto de 3 años

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Mayra Delina Garrado Pinto y su pequeño compañero en la ruta son inseparables

Tiene 28 años, está casada y es madre de un pequeño. Cobró notoriedad como líder de una asociación de transportistas cuando hubo conflicto con una cementera por el precio del flete. En octubre la reconocieron en el Concejo Municipal

 

Cuando se generó el conflicto entre los transportistas y la fábrica de cemento Fancesa porque esta había decidido bajar Bs 2 por bolsa de cemento al flete de los camiones y los principales dirigentes del transporte fueron enviados a la cárcel,apareció una joven de pollera, de 28 años, líder de una asociación que aglutina a 208 varones, que se puso adelante del conflicto, que no tuvo miedo y que logró un acuerdo entre ambos bandos. Esa fue Mayra Delina Garrado Pinto, que no solo es la heredera del camión de la familia, un Volvo modelo 2008, sino también la conductora del mismo, un armatoste de 30 toneladas. A menudo transita los más de 400 kilómetros al frente del camión, teniendo como copiloto a su hijo de tres años.

En Bolivia, la inserción laboral ha crecido en el último tiempo, pero aun así siete de cada 10 mujeres generan sus ingresos en el mercado informal, en condiciones precarias de trabajo y continúan asumiendo, al mismo tiempo, gran parte del cuidado no remunerado (velar por los hijos y, muchas veces, de los padres). Así lo dice el informe anual de ONU Mujeres 2017 apoyado en datos del Instituto Nacional de Estadística.

Mayra se hizo en la ruta, no sin antes, a sus nueve años para ser más exactos, aprender a conducir. Hoy por hoy, se sube a cuanto rodado se requiera. Conduce tractor, volqueta, camión, taxi… claro que en este momento, con el brazo quebrado, no puede hacerlo. Se lo fracturó cuando cambiaba una de las llantas del camión que pesa unos 60 kilos aproximadamente.

Femenina y decidida a la vez, firme y dedicada a su pequeño Emanuel, adoptó el rol del hijo varón para seguir con los emprendimientos familiares como poner a trabajar el camión y cosechar, principalmente, zanahoria, cebolla y remolacha.

Disfruta más arriba del camión, donde se siente confiada conduciendo unas 18 horas por lo menos. En algunos lugares hace paradas para estirar las piernas, revisar el estado de las gomas y para jugar un poco con su pequeño. “Le encanta coleccionar piedras y hago paradas donde hay agua porque eso nos gusta mucho”, refiere Mayra, pero al mismo tiempo su cabeza ya está cavilando qué va a hacer al año, cuando le toque entrar a kínder a Emanuel. “No sé qué voy a hacer, por ahora me ha parecido buena idea hacer carreras al aeropuerto y estoy pensando en achicar el camión para convertirlo en camioneta y sacar verduras como lo hacía antes”.

El 11 de octubre, el Concejo Municipal de Sucre le hizo un reconocimiento por el Día de la Mujer, por haberse destacado en su labor profesional, pues Mayra sigue siendo presidenta de la Asociación de Transporte Pesado de los Pueblos Originarios de Chuquisaca, pero su incursión en el sector, su liderazgo y el hecho de haber cobrado cierta notoriedad muchos lo han tomado como si se hubiese vendido al partido de gobierno. “Dicen que voy a ser diputada o concejala, cosa que ni ha pasado por mi mente. Es complicado”, reconoce porque ser mujer en medio de tantos hombres le ha generado uno que otro problema, si no es a nivel dirigencial, con su pareja.

Pese a las piedras en el camino, Mayra no piensa bajar del camión.

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