“La pandemia nos mata de enfermedad y la dictadura nos mata de hambre” -asegura en exclusiva a PERFIL-. El expresidente cree que hay más infectados de las cifras oficiales que informa el gobierno de Jeanine Áñez

¿Hay más muertos y contagiados de lo que las autoridades de su país informan?

-Lamentablemente no hay verdad sobre los datos de contagiados y muertos por coronavirus en Bolivia. Durante la cuarentena debiera haber equipado el sistema de salud, tener más equipos para laboratorios y nuevos hospitales. No hicieron absolutamente nada. Bolivia es el país con menos testeos de toda América Latina. No son datos confiables los que informa el gobierno de facto de Bolivia.

-¿Cómo evalúa lo que está haciendo Jeanine Áñez para enfrentar la pandemia?

-Está manejando la pandemia con fines netamente electorales. Áñez tenía que renunciar a la candidatura a la presidencia justamente para ayudar al candidato de Estados Unidos, que es Carlos Mesa. Fracasaron. Intentaron elecciones. También fracasaron. Áñez es candidata repartiendo bonos, pero sin equipar hospitales. El pueblo se da cuenta. Ahora aparecen más muertos y más contagiados. Además de eso, hay toda una represión. Al pueblo solidario lo detienen. Anteayer detuvieron a Patricia Arce, nuestra alcaldesa del municipio de Vinto, que estaba haciendo trabajo social para que la gente aguante la cuarentena. La semana pasada a compañeros del trópico que llevaban frutas a la gente humilde del interior del país. Le dictaron arrestos domiciliarios pero no los trasladan de Sucre al Trópico y están ahí abandonados. Pese al uso electoral de esta cuarentena, igual no le está yendo bien al gobierno de facto.

-¿Cuándo habrá elecciones en Bolivia?

-El pueblo está pidiendo elecciones. Como estaban definidas para el 3 de mayo, la Asamblea plurinacional tiene que fijar una nueva fecha. Están debatiendo eso. Estoy seguro de que la Asamblea va a dar un ultimátum para que haya elecciones nacionales.

-Si Añez lo llamara y le pidiera una reunión para que en Bolivia haya unidad nacional frente a la pandemia, ¿usted iría?

-Yo hace dos meses planteé un encuentro nacional antes de la pandemia. En ese encuentro quería un acuerdo para evitar estas confrontaciones en las calles. Lamentablemente, la derecha boliviana y Estados Unidos organizaron grupos para quemar casas de la gente pobre, nuestros militantes y dirigentes sindicales. Tiene que acabarse esa enemistad. Somos hermanos y hermanas en nuestra querida Bolivia. Cuando lo propuse, la derecha golpista lo rechazó. Los 7 países que mejor enfrentan el coronavirus son gobernados por mujeres

-¿Qué responde a las quejas del gobierno de Áñez por sus manifestaciones públicas?

-Pregunté aquí a las autoridades del gobierno de Alberto Fernández cuáles son mis responsabilidades como refugiado. Me dijeron que yo no puedo hablar sobre temas políticos de la Argentina. Sobre Bolivia y sobre el mundo tengo todo el derecho de comentar, de explicar. Cumplo con estas recomendaciones que son parte de las normas internacionales.

-¿Alguien del gobierno de Alberto Fernández le pidió que baje el tono?

-No, no tengo ninguna observación o comunicación sobre ese tema. Tuve hasta ahora dos reuniones con el presidente Fernández, es un hermano, un presidente muy solidario, al que he conocido mucho antes.

-¿Cómo es su cuarentena en Buenos Aires?

-Soy disciplinado. Llevo cinco semanas sin dar ni medio paso de mi puerta hacia la calle. A las 5 de la mañana hago ejercicio, esta mañana troté media hora en la cinta. Después a las 17 hago ejercicios otra vez. Doy entrevistas, estoy escribiendo un libro. Y comunicándome permanentemente con los compañeros del Trópico de Cochabamba, con mi candidato Lucho Arce, con los movimientos sindicales, con los dirigentes del MAS, coordinando para garantizar la cuarentena, pero también esperando que la reacción del gobierno sea dar más equipamientos. Ayer murió un policía que no tenía equipos de bioseguridad. Anteayer, una niña se ha suicidado por sufrir hambre. Sugerí que los barrios humildes hagan ollas populares con las Fuerzas Armadas, con la policía, con los trabajadores del estado. Lamentablemente, Bolivia es el único país del mundo donde se combate la pandemia con tanques de guerra, fusiles, gases, con detenciones y persecuciones. Hay una persecución política permanente.

-En Argentina hay polémica con respecto a la posible llegada de médicos cubanos para enfrentar la pandemia. ¿Cómo mira usted la asistencia de los médicos cubanos?

-Yo no puedo comentar sobre los médicos cubanos. Antes de ser presidente me reuní con Fidel Castro y Hugo Chávez en La Habana, Cuba. Entre varios temas que debatían Fidel decía Hugo, hermano, vamos a operar gratuitamente en América Latina a 100 mil personas que tienen problemas de la vista. Yo escuchando a Fidel dije está loco. En Bolivia una operación promedio de la vista salía 1000 dólares. Cuando llegué al gobierno firmamos un acuerdo de solidaridad con Cuba. Hasta el año pasado se han hecho en Bolivia 727.138 cirugías oftalmológicas gratuitas. ¿Cuánta plata nos ahorró la Misión Milagro de Cuba? Lo que quiero que sepas es que esta cooperación es totalmente incondicional. A cambio nunca nos han pedido privatizar nuestros recursos naturales, ser dueños de empresas, o privatizar los servicios básicos. Esa es la profunda diferencia de cooperación de Cuba con respecto a Estados Unidos y algunos países europeos.