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Ferchy Kushner dice ‘Desde hace cuatro años, mi cabeza solo piensa en alimentar perros callejeros’

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El próximo objetivo de Ferchy es construir el primer santuario de canes abandonados en Bolivia.

“Renacer. Eso es lo que sucede conmigo desde hace cuatro años. Cada día, cada mañana que me pongo de pie, voy pensando en los perritos que esperan que les dé algo de comer”, expresó Fernando Kushner, una persona que dejo su carrera de relacionador público por los canes en situación de calle de La Paz.

‘Ferchy’, como muchos de sus amigos lo conocen, comenzó su labor hace cuatro años, ya que conoció a Choco, un perro callejero, de pelaje blanco y café claro, al que fue alimentando cada día, después de sus clases de yoga. Pasó el tiempo y al animal de cuatro patas se le fueron acercando otros canes que esperaban ansiosos por su ración.

“Esta acción diaria me impulsó a crear la Fundación Abril & Ariel que trabaja en favor de estos seres indefensos.

Queremos educar a la gente, instándolas a esterilizar y vacunar a sus mascotas, a cuidarlos responsablemente, a recoger sus excrementos y a respetar la vida de los que deambulan por las calles”, manifestó Kushner.

En Bolivia, no existen datos exactos sobre cuántos perros callejeros existen; pero, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) determinó un indicador internacional para desarrollar las campañas de vacunación, el cual, consiste en relacionar cuatro perros por cada habitante de un municipio o departamento. Tomando en cuenta este indicador, en el país se calcula que estarían presente más de 2 millones de canes.

“Es cierto que darles comida no soluciona el problema, con llenarles la barriga no se acabarán las víctimas de ataque, ni mucho menos disminuirá la contaminación del ambiente con sus heces fecales; pero, esto es una pequeña labor que cada día va generando un cambio de actitud en las personas”, señaló Ferchy, consciente del problema que enfrenta La Paz con relación a la enorme cantidad de perros callejeros.

Sumando apoyo
Desde el 2015, Kushner dejó de lado las fiestas y los eventos sociales y familiares para dedicarse por completo a esta labor. Hoy en día, gracias a este compromiso que tiene con los perros y a la relación que aún mantiene con algunos empresarios, fue consiguiendo apoyo de instituciones privadas, como: Amaszonas, Huawei, Banco Sol, Boliviana Ciacruz, VIVA, Banco de Crédito BCP, Artes Gráficas Sagitario, entre otros.

“Lo avanzado no hubiese sido posible sin el apoyo de las empresas que confiaron en este proyecto (…) Asimismo, agradezco a las instituciones educativas que me han abierto sus puertas para llegar con este mensaje a sus estudiantes, y a las veterinarias que me ayudaron a socorrer y esterilizar a estos animalitos”, expresó Ferchy.

A la par de crear relaciones estrátegicas para ampliar su red de ayuda a canes, Ferchy trabaja realizando talleres de concientización en colegios, allí instruye a las nuevas generaciones sobre el respeto a los animales y prácticas responsables de cuidado de mascotas. Además, promueve la adopción de perros que se encuentran en las calles, conectandolos con hogares responsables y cariñosos.

Santuario para perros abandonados
Hoy en día, Ferchy tiene un nuevo objetivo en la cabeza, construir el primer santuario de perritos abandonados en Bolivia. Este espacio contará con caniles, estancias para el descanso y juegos, una enfermería y siete quirófanos para la esterilización de perros callejeros.
“Amor por los animales es lo que hay de sobra en algunas personas como, por ejemplo, en los ejecutivos de Incerpaz, con quienes actualmente estamos en campaña para construir el primer santuario de perros abandonados, ancianos y enfermos. Sabemos que este proyecto no será el único”, indicó Kushner.

A través de la iniciativa “Regálame un ladrillo por un ladrido”, Fernando quiere reunir el monto para comprar alrededor de 1,2 millones de ladrillos, los cuales, se utilizarán en la construcción de este espacio animal. Incerpaz facilitará los ladrillos a precio de costo.

“Aunque, aún falta un largo camino por avanzar y metas que lograr, el mundo vio mi trabajo y en muchas ciudades no faltarán personas que imiten mi accionar. Estoy feliz por ello (…) No me arrepiento en ningún momento de la decisión que tome. Soy inmensamente feliz de lo que hago y los perritos lo saben”, finalizó Fernando Kushner.

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