Bolivianos en Argentina
Henry Ricón: el músico y luthier boliviano que conquistó Argentina con su arte y su historia.
Henry Ricón comenzó su viaje musical en su natal Capinota (Cochabamba), tocando una guitarra y un charango que encontró en su casa. Su destino cambió al conocer a Don Florencio Hermosa, padre de los legendarios Los Kjarkas, quien le enseñó sus primeros acordes y lo inspiró a explorar la música tradicional boliviana.
Buenos Aires, octubre 2025.
Desde Capinota hasta Buenos Aires, la vida de Henry Ricón es un ejemplo de talento, migración y perseverancia. Este músico y luthier boliviano ha sabido construir una carrera sólida que une las raíces andinas con la modernidad del Folk Rock, llevando la identidad boliviana a escenarios internacionales.
De Capinota al mundo: la historia de un músico boliviano migrante.
Henry Ricón comenzó su viaje musical en su natal Capinota (Cochabamba), tocando una guitarra y un charango que encontró en su casa. Su destino cambió al conocer a Don Florencio Hermosa, padre de los legendarios Los Kjarkas, quien le enseñó sus primeros acordes y lo inspiró a explorar la música tradicional boliviana.
Por necesidad, Ricón pasó de fabricar artesanalmente zampoñas y quenas a tocar el bajo en grupos de música tropical, un género más rentable que lo llevó a recorrer el Oriente boliviano (Beni y Pando) y posteriormente a perfeccionarse en Minas Gerais (Brasil).
Años después, se radicó en Argentina, donde consolidó su carrera y fundó la Asociación Cultural de Músicos Bolivianos en Argentina (AMBA), desde la cual ha promovido la integración y visibilidad de artistas migrantes.
Luthería: el arte boliviano que también se exporta.
La lutheria, el arte de construir y restaurar instrumentos, fue al inicio una necesidad para Henry Ricón. Fabricar sus propios instrumentos le permitió sostener sus estudios, pero con el tiempo se transformó en una pasión y un oficio reconocido.
Hoy, Ricón produce y restaura instrumentos personalizados —como el charango modelo Kjarkas— utilizando maderas finas como jacarandá y ébano, que otorgan calidad acústica y valor artesanal.
Desde su experiencia, Henry promueve el cuidado preventivo de los instrumentos, especialmente en regiones tropicales, donde la humedad puede afectar la madera y la afinación.
La Clave del Sur: educar con identidad y compromiso social.
Su vocación docente lo llevó a crear la Escuela de Música “La Clave del Sur” en Villa Celina, Buenos Aires, un espacio de formación y contención cultural para jóvenes migrantes. Allí enseña charango, guitarra, bajo, percusión y canto, con un enfoque integral que combina técnica, disciplina y autoestima.
Ricón también es autor de un método registrado para el k’alampeo, técnica boliviana de ejecución del charango, resultado de años de investigación y práctica. Con una filosofía basada en la humildad y la superación, impulsa a sus estudiantes a perder el miedo escénico y a valorar sus raíces.
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