La Unidad de Urgencias del hospital no tiene nada de particular, a primera vista. Al atravesar la pesada puerta de vidrio se observa el mesón donde el paciente informa sobre su dolencia. Es de madera y en él se ven los expedientes médicos que son utilizados. Alrededor del ambiente, que tiene una forma cuadrada de una dimensión de 12 por 12 metros, hay cubículos con  camillas para la atención temporal de los pacientes

El personal de salud está ocupado, una de las enfermeras coloca el algodón en  envases, otra revisa el suero de un enfermo; una médico lee con atención el expediente de su paciente, otra atiende una llamada telefónica. Todos tienen algo que hacer

Lo insólito es que la Sala es compartida por dos hospitales de tercer nivel de Cochabamba. Un muro imaginario divide a Emergencias del pediátrico Manuel Ascencio Villarroel y del maternológico Germán Urquidi.
Se trata de una de las unidades más importantes de cualquier hospital, allí llegan enfermos de gravedad, accidentados e incluso pacientes que están “entre la vida y la muerte”

La única solución es que el pediátrico Manuel Ascencio Villarroel cuente con su propio hospital, pero a la fecha no existe ningún proyecto

El ala derecha y el mesón  corresponden al Germán Urquidi. Allí, en algunos de los cubículos, están instaladas las camas ginecológicas porque llegan pacientes de alto riesgo obstétrico o de amenazas de aborto. Para el jefe de Urgencias del Germán Urquidi, Alberto Guevara, la situación en la que trabajan es “inadmisible”. Considera que son dos hospitales diferentes y deben tener sus propias salas porque es una unidad de alta demanda, cada 24 horas atienden un promedio de 90 pacientes, todas de gravedad

El ala izquierda corresponde al pediátrico Manuel Ascencio Villarroel, ellos no tienen mesón, pero han habilitado un escritorio donde los pacientes deben acercarse para ser atendidos

En el sector de atención infantil funcionan seis cubículos con camillas. El personal dice que la incomodidad es extrema. La mayoría de los niños llega por fracturas expuestas, fiebre, diarreas y las más de las veces lloran “inconsolablemente” y molestan a las pacientes del materno. La atención promedio de un turno diario (24 horas) es de 60 niños

Cada hospital ha instalado su mobiliario para almacenar sus propios insumos, medicamentos, material de escritorio y demás. El personal asegura que nunca hubo confusión en el uso de los materiales

El médico del Manuel Ascencio Villarroel, Uriel Ferrufino, quien renunció el lunes a la Dirección, dijo que los médicos y enfermeras hacen peripecias para atender a los niños en las condiciones mínimas.
Por el momento, no hay otra alternativa por falta de espacio. El pediátrico funciona en calidad de inquilino en las instalaciones del maternológico hace quince años.
Los dos hospitales también comparten la infraestructura principal, con la misma lógica. El sector norte está ocupado por pediatría y el sur por maternología

A la incomodidad de Urgencias se suma la precariedad de las instalaciones pues no cuenta con baños, no tienen el mobiliario necesario y la ducha se ha instalado improvisadamente, entre otras deficiencias.

Datos

Especialistas
A pesar de las limitaciones, el Manuel Ascencio Villarroel es el único pediátrico del país con 39 médicos subespecialistas. En el área clínica cuenta con neumólogos pediátricos, neurólogos infantiles, intensivistas, inmunoalergóloga, reumatólogos con experiencia en pediatría, infectólogos, oncólogos pediatras, cardiólogos, endocrinólogos, gastroenterólogos y nefrólogos pediatras. En la parte quirúrgica hay cirujanos pediatras, traumatólogos, ortopedistas infantiles, neurocirujanos, cirujanos plásticos, maxilofacial y especialistas en quemología.

Avance
Uno de los avances más importantes es la instalación de la Unidad Pediátrica de Hemodiálisis. Es el único centro especializado del país. La misma está a cargo de dos médicos en nefrología pediátrica. El área cuenta con personal capacitado y también con el equipamiento adecuado a la edad de los niños y adolescentes.
Proyecto
Hace seis años, se encuentra paralizada la construcción del hospital del Niño Manuel Ascencio Villarroel por
observaciones en su diseño y la estabilidad de la estructura.