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Política

Jeanina Áñez hace campaña con las víctimas de La Calancha en Sucre

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(Infodiez-3/03/20)

Sucre recibió del Gobierno de Bolivia, a través de la presidenta Jeanine Áñez, palabras de sanidad y consuelo frente a las heridas de una ciudad que fue continuamente humillada durante el Gobierno del expresidente Evo Morales, quien encontró en esa capital un polo de resistencia desde el inicio de su gestión.

Las palabras de la mandataria fueron vertidas en el marco del acto de desagravio a la ciudad de Sucre y a las víctimas de La Calancha, que se realizó la noche del lunes en la Casa de la Libertad.

«Este es un acto de desagravio a una ciudad que ha sido humillada, maltratada y postergada durante los últimos 14 años. Estamos aquí para decirles, familias de Sucre, que ustedes pueden mirar de frente, y no cargar nunca más ninguna humillación, nunca más acusaciones injustas, nunca más el dolor de haber sido golpeados solamente porque salieron a las calles a defender la democracia frente a un Gobierno del MAS que desde hace 14 años estaba planificando destruir todas las instituciones democráticas para quedarse en el gobierno eternamente», dijo la presidenta.

Agregó que «los tiempos de violencia han acabado, los tiempos de la prepotencia han terminado, los tiempos del dolor han llegado a su fin».

Evocó el nombre de las tres víctimas de los enfrentamientos de La Calancha, Gonzalo Durán, Juan Carlos Serrudo, y José Luis Cardozo, cuyas vidas se perdieron por la represión policial, en las inmediaciones de la zona conocida como La Calancha.

Explicó que las muertes ocurrieron durante el desarrollo de la Asamblea Constituyente, cuando el Movimiento Al Socialismo (MAS) trasladó a Sucre fuerzas policiales, militares y grupos de choque de organizaciones sociales en gran número, para resguardar la realización de la sesión en un recinto militar.

«El MAS se sentía acorralado porque nada de lo que planificaron les estaba saliendo bien, y la población sucrense salió a las calles exigiendo que la Asamblea Constituyente retorne a su sede oficial siendo los manifestantes duramente reprimidos», recordó.

Informó que a consecuencia de las acciones represivas del 24 de noviembre de 2007, 278 personas fueron internadas en hospitales con diagnósticos como politraumatismos, intoxicaciones por gases, quemaduras y heridas por cuerpos extraños.

Áñez, quien fue una de las constituyentes de la mencionada Asamblea, describió el ambiente de convulsión social en la capital, con cierre de instituciones privadas y públicas durante tres días de confrontación.

«Ustedes con su lucha, nos dieron la primera alerta de esos peligros, y a cambio recibieron violencia, confrontación y persecución», dijo en su discurso.

Calificó de «infamia» los actos acontecidos el 24 y 25 de noviembre de 2007 porque se convirtieron en un «acto de ofensa extrema» no para Chuquisaca, sino para toda la democracia boliviana.

Mencionó que en el conflicto que estalló hace 13 años, el Gobierno del MAS, a menos de dos años de haber asumido el Gobierno, ya vulneró derechos fundamentales, como el derecho a la vida, el derecho a la salud y el derecho a la integridad física, pero también «el principio fundamental de la dignidad humana al haber incurrido en uso desproporcionado de la fuerza».

Por otra parte, la mandataria denunció que el MAS emitió resoluciones a favor de los familiares de las tres víctimas fatales, pero intencionalmente omitió la reparación a las personas que resultaron heridas, razón por la cual se elaboró un decreto supremo para «corregir la falta».

«Mi Gobierno constitucional ha determinado elaborar un decreto supremo que tiene como propósito establecer la ayuda social humanitaria en beneficio de las personas que resultaron heridas en la denominada masacre de La Calancha, dirigida y ordenada por el gobierno del MAS en esta ciudad», enfatizó.

Dijo que no solamente se trata de un decreto supremo, sino de un acto necesario de desagravio a Sucre.

«Le devolvemos a esta hermosa ciudad, el reconocimiento que se merece por su valiente lucha y compromiso con la democracia, la libertad y sus instituciones», expresó.

Manifestó que cumple su compromiso con Sucre porque su Gobierno quiere reparar las ofensas del pasado, no como un acto de venganza, sino como un acto de desagravio, como una forma de avanzar en la construcción de un país donde ahora se goza de libertad y democracia, y con el derecho a disentir sin ser perseguido.

«Este es el camino para la reconciliación de todos los bolivianos», concluyó.  /ABI

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