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Deporte Boliviano

La emoción de Carlos Lampe en la Bombonera

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Carlos Emilio Lampe no olvidará la experiencia que vivió ayer en la mítica Bombonera, el estadio de Boca Juniors. El boliviano fue uno más, recibió el cariño de la gente, apoyó a su compañero Agustín Rossi y se emocionó con cada ataque del xeneize ante Palmeiras. El nacional espera paciente su chance de debutar, pero nadie le quita la alegría de disfrutar el mundo azul y oro al máximo.

Faltando unos 15 minutos para el partido, tanto Rossi como Lampe emergieron del túnel para dirigirse al arco que está cerca de la barra La 12 para realizar la entrada en calor en una noche fría por los 10 grados de temperatura que azotaban anoche a Buenos Aires.

Carlos Lampe vivió un día especial vistiendo oficialmente la camiseta de Boca Juniors en la Bombonera. Festejó como loco los dos goles que marcó Benedetto. Foto: AFP

Con chuteras de color rosa de Adidas y guantes blancos con azul, el espigado futbolista daba sus primeros pasos en el gramado del club bostero. Lo hacía con cabeza en alto, sentando presencia pese a tener un lugar reservado en el banco de suplentes.

Más allá de la expectativa que generó su llegada, fue el joven Rossi el que se llevó una ovación por parte de la hinchada, pero la presencia de Lampe no se quedó atrás. También fue aplaudido, pero eso sí, la bulla fue menor. Poco le importó eso al meta, que fue a saludar a la terna arbitral liderada por el chileno Roberto Tobar de forma muy amistosa.

Inmediatamente después se unió a Rossi en el calentamiento y se lo vio muy metido en el contexto copero, ya que trabajó a la par del titular, se mostró solidario con él e incluso le dio ánimos para afrontar la llave con Palmeiras.

Después de unos 10 minutos ambos regresaron al vestuario, Rossi aplaudiendo al público y Carlos sin mirar a nadie. Los dos porteros ya estaban enfocados en los primeros 90’ de la llave.

Ya en el banquillo, Carlos se sentó en primera fila, por detrás de Guillermo Barros Schelotto. A su lado estaba el ‘Pipa’ Benedetto, con el que comentaba cada jugada. En el primer tiro de esquina aplaudió como un hincha más, llevó las manos a su cabeza cuando Pérez se perdió el 1-0 y a partir del minuto 15 estuvo sereno.

En el segundo tiempo calentó junto a Tevez, Gago y compañía. Boca buscaba el primero y cuando lo encontró Lampe apretó el puño derecho y lo levantó en señal de victoria. A su encuentro fue el colombiano Villa, uniéndose en un abrazo especial mientras la Bombonera retumbaba tras el tanto de Darío Benedetto.

Con el 2-0, todos dieron rienda suelta a la algarabía en un abrazo donde participaron titulares y suplentes, incluido Lampe, que vivió una noche de ensueño.

Rossi no tiene el respaldo total de los hinchas de Boca Juniors

Más allá de la buena actuación que tuvo anoche Agustín Rossi, está claro que el portero no tiene el respaldo completo por parte de los hinchas de Boca y ayer quedó demostrado, una vez más.

Si bien fue ovacionado de entrada, en el desarrollo del juego hubo acciones puntuales que la gente no dejó pasar. Una de ellas fue el reclamo constante cuando el arquero prefería esperar un poco para salir jugando en vez de soltar el balón y salir de contra.

La 12 volvió a latir en un estadio que empujó para conseguir un triunfo clave. Foto: AFP

Además, cada vez que Rossi jugó en corto la pelota hacia los defensores y había presión de los atacantes brasileños, se escuchaba un murmullo en la tribuna por una posible equivocación.

Rossi cumplió, no fue exigido, pero quedó bien parado para el duelo de vuelta con Palmeiras.

Continúa adaptándose

Se fue directo hasta el túnel para regresar al vestuario. Allí se mostró tranquilo, mientras los demás festejaban.

Hubo un encuentro emotivo entre Lampe y Rossi al final. El boliviano reconoció la labor que tuvo el reemplazante de Andrada anoche.

Lampe fue uno de los primeros en ingresar al gramado tras el final del partido. Saludó a cada integrante del plantel tras el pitazo final.

Tras el segundo tanto de Benedetto, Agustín Rossi corrió desde el otro arco para ir a festejar junto al resto de sus compañeros.

Fuente: Diez

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