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Sociedad

La esperanza de vida de las personas trans de América Latina llega a la media de 35 años

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(Infodiez-3/07/20)

La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) calcula que la esperanza de vida de las personas trans de América Latina llega a la media de 35 años. Esto se debe a la violencia y la exclusión social, política, económica, estructural y sistemática a las que son sometidas desde muy jóvenes por la construcción de su identidad.

Solo en cuatro países se protege de manera explícita en la Constitución a las personas LGBT: Bolivia, Ecuador, Cuba y México. Mientras que el matrimonio o la unión civil entre personas del mismo sexo solo se reconocen en siete.

En Bolivia, la discriminación todavía existe y pesa fuerte sobre las diversidades sexuales. Pero, a diferencia de varios países, se han dado pasos inéditos que ameritan profundizar en el camino de la igualdad. La Constitución Política del Estado (CPE) y la Ley 045 Contra el Racismo y toda Forma de Discriminación son la base de esa demanda contra los prejuicios y el marginamiento.

Según los datos de la Vanderbilt University, recopilados entre 2016 y 2017, más del 62% de la población de América Latina y el Caribe “desaprueba con fuerza” el matrimonio igualitario. De hecho, hay solo cinco países donde los que se oponen a este derecho no superan el 50% de la población: México, Chile, Argentina, Uruguay y Brasil.

“Actualmente está habiendo un retroceso en los derechos de las diversidades sexuales debido al fundamentalismo que tiene este gobierno, que es muy cercano a las iglesias católica y evangélicas que rechazan la diversidad sexual”, lamentó Rodolfo Vargas, presidente de la organización Colectivo TLGB de Bolivia. “Esta situación nos preocupa, porque estamos ante un retroceso en los derechos que tanto nos ha costado conquistar como colectivo.”

Así lo refleja también Chantal Cuéllar, coordinadora del movimiento Trans Feminista de Bolivia: “Las compañeras trans no vivimos con familia porque, por lo general, nos hemos salido de nuestras casas o nos han echado. Las ayudas que hemos conseguido en esta crisis sanitaria han sido, en su mayoría, de instituciones y organizaciones privadas”, dijo. Las “ayudas” del gobierno transitorio de Jeanine Áñez no toma en cuenta a las personas transgénero.

“Condeno enérgicamente las primeras medidas de la proclamada Jeanine Áñez, este es un gobierno de transición ultra conservador, es un gobierno racista, es un gobierno provida, es un gobierno homo lesbo transfóbico”, sostuvo Edgar Solís Guzmán, miembro del Movimiento Maricas Bolivia y co-conductor del programa radial Nación Marica en diálogo con el periódico argentino Página 12.

“No lo voy a llamar golpe de Estado pero tampoco le voy a llamar ejercicio democrático del país. Está en peligro la libertad de expresión, las libertades, la libertad para el ejercicio democrático del país de cualquier cosa.”

“Necesitamos organizarnos porque no solo es homofobia, es racismo y clasismo”, afirmó Solís Guzmán.

Bolivia representa un desafío para las generaciones futuras, pero también una contienda para los ciudadanos y ciudadanas del hoy. La homofobia es la base visible de una serie de valores asociados con el desprecio por el otro, por el diferente, por el ajeno. Las posturas reaccionarias ven en el movimiento LGBTI+ una amenaza al estado de orden de sus realidades.

Bolivia necesita avanzar y no retroceder en una sociedad igualitaria, de mayores oportunidades, en donde cada uno y cada una tengan la libertad y no la amenaza de elegir qué quiere hacer con su propia vida, desde el amor y no desde el odio.

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