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Sociedad

Lo desahuciaron, le dijeron que haga su testamento, esta es la historia de vida de Carlos Borda Taboada

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Dios salva

Beni, 21 de febrero de 2021

Estuvo al borde de la muerte por COVID-19, los médicos le dieron menos de 48 horas de vida, pero en su lecho en el Centinela, oró a Dios, tuvo fe que iba a vivir, ahora está vivo para contar su historia y lo que Dios le dio otra oportunidad de vida

Persona a la que los médicos le dijeron que no viviría, oró a Dios y esta con vida. La oración y la fe salvan a la persona.

Esta es una historia real, de cómo la fe y la oración pueden salvar a las personas, esto le sucedió a Carlos Borda Taboada, tiene 49 años, es casado, tiene 5 hijos, es natural de Trinidad, estuvo internado en la primera ola del Covid-19 en el domo Centinela que estaba ubicado en el exhospital Cossmil, allí solo, sin atención familiar, con escasa atención médica y carente de equipos como respiradores, el médico y enfermera que le atendieron le dieron menos de 48 horas de vida; en esa soledad y ante la crítica situación de salud en que se encontraba, lo único que hizo fue encomendarse a Dios, oró y le pidió que le de otra oportunidad de vida; la sorpresa fue al otro día cuando el médico y la enfermera lo fueron a ver, seguía con vida, más restablecido, se sorprendieron de verlo con vida, y lo destinaron al hospital Germán Busch, para que pueda recibir oxigenación.

“Cuando ingrese al Centro Centinela y con el estado en que me encontraba, el doctor dijo que no me daba 48 horas de vida; cuando la doctora vino a verme me dijo, mire don Carlos, clínicamente es imposible que usted llegue a las 48 horas, (ya que su pulso estaba bajando demasiado), va a depender mucho de su fortaleza física; que se encomiende a Dios. Incluso me dijo la doctora, si tiene algún problema, algún tema económico con su familia, resuélvalo bien, para que este todo bien, para que después no haya queja. O sea, ya me daban por muerto la doctora, creo que si haya sido una persona débil mentalmente, creo que me haya muerto ahí”, expresó con lágrimas en los ojos Carlos Borda.

Dijo que, “gracias a Dios, tuve una fortaleza mental y me apoye mucho a Dios; ahí fue cuando quede solo, ya que se salieron ellos (médicos), oré y le dije: “Señor, que me diera otra oportunidad más de vida, sabía que tenía mis hijos chicos; que había hecho un pacto con él y le reclame, y que ese sacrificio habíamos hecho con mi familia en ese pacto y Dios cumplió el pacto y estoy aquí”, relato Borda, lloroso.

TESTIMONIO

Actualmente se encuentra bien de salud, completamente recuperado, pero siempre dándole gracias a Dios, y dando su testimonio de vida en cada momento que se puede.

“Cuando puedo y donde puedo hablo de esto, lo que hizo Dios en mi vida, y a las personas que están mal, siempre les escribo y les digo que tengan fe en Dios, que es la única persona que los puede sacar de esta enfermedad que es más espiritual que material; porque les entra el miedo, los espíritus los asuntan y hacen que las personas al otro día se vaya (fallezca)”.

Dijo, que ha visto personas que estaban enfermas como se morían, como entraban, estaban agitadas, los nervios, el miedo, los asustaban y los iba matando, hasta que morían, “ahora siempre les digo a las personas que están mal (enfermos), primero que nada, pongan su fe en Dios, pongan toda su confianza en Dios, esa fe, les va a dar fortaleza para poder enfrentar la enfermedad, y para tener esa fe, tienen que entregar su vida a Cristo es el primer paso; el segundo paso, tener fe en que Dios murió por ti y te puede sacar de esa enfermedad. Estoy seguro, que si yo pude hacerlo, cualquier otra persona puede también hacerlo”, indicó.

Señalo, que a partir de ese día en que esta salvo, su vida cambio, no solo por lo que pasó, sino que ahora tiene a Cristo en su corazón y vive para alabarlo.

HECHOS

Carlos Borda Taboada ingresó al centro Centinela en el mes de junio de 2020, cuando el pico de la enfermedad del Covid era alto, y cada día morían entre 6, 8 hasta 10 personas al día, ya su familia estaba con la enfermedad hacia unos 25 días, él en cambio no tenía ningún síntoma, estaba asintomático, pero de repente un día domingo le subió la fiebre fuerte, con ningún remedio o inyección le bajaba, el día siguiente lunes la fiebre continuaba, a las 10 de la noche ya tenía una temperatura de 98 y a las 02 de la mañana 80 y a las 06 de la mañana saturaba 70, cuando fue llevado de emergencia al Centinela.

En el Centinela le sacan una radiografía, “lamentablemente hay algunos médicos no sé si son negativos; hablaron con mi familia, y les dijeron que no tenía esperanza de vida porque mi pulmón derecho solamente funcionaba 13 %, el pulmón izquierdo 23 %”, y la doctora que lo atendió esa tarde, al salir la radiografía le dijo, “que por más que sea muy fuerte, tenía que encomendarme mucho a Dios, porque el paciente con menos complicaciones pulmonares no habían podido sobrevivir 48 horas, y que el de él estaba muy comprometido, había muchos problemas que no le daban mucha esperanza, pero que tenía su fuerza de voluntad, su fuerza física y más que todo la voluntad de Dios.

OTRA OPORTUNIDAD DE VIDA

“Para mí fue un momento especial, ahí estuve solo, no había mi familia, no había nadie; por un momento me pasó la muerte, pero lo primero que hice fue pedirle a Dios que me de una oportunidad de vida, sobre todo, reclamarle un pacto que había hecho cuando mi familia había comenzado a infectarse, y que no entendía porque había llegado hasta ese momento. Yo jamás me había enfermado, he sido el más fuerte de mi familia y le reclamaba eso a Dios, y fue a partir de ese momento que empecé a sentir mejoría, pese a que esa noche fue muy dramática, muy difícil para mí, porque a las 3 de la mañana se me acabó el oxígeno y no podía respirar, no podía hablar fuerte, no había quien me traiga oxigeno; había una persona que estaba internada conmigo pero no me escuchaba; hable a mi casa por mensaje, mi cuñada me respondió y le dije que alguien venga y me ayude, para que me cambien el oxígeno; luego de una hora recién me cambiaron el oxígeno, cando ya estaba empezando a ver nublado; y fue ahí donde el médico le dice a mi hermano que hay necesidad de entubar que hay un equipo en el hospital Busch, me transfieren en la noche al hospital Busch, me meten a sala de emergencia”, manifestó Borda.

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