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Política

Lucho y David conmemoran 212 años del Primer Grito Libertario de Chuquisaca 

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212 aniversario de Chuquisaca
Chuquisaca 25 de mayo de 2021
El presidente del Estado, Luis Arce, el vicepresidente, David Choquehuanca, y autoridades nacionales, departamentales y municipales participaron este martes de los actos protocolares por el 212 aniversario del primer grito libertario en América Latina y aniversario del departamento Chuquisaca.

Las actividades oficiales iniciaron con la entrega de ofrendas florales a los pies del monumento a Jaime Zudáñez, en la plaza principal 25 de Mayo, de la ciudad de Sucre, por parte de representantes de los órganos Legislativo, Ejecutivo, Judicial y Electoral; el Alto Mando Militar, de la Policía Boliviana, de los gobiernos departamental y municipal; además de instituciones y empresas estatales.

Posteriormente, las autoridades participaron en la iza de la bandera boliviana en el frontis de la Casa de la Libertad, a cargo del Primer Mandatario; la Wiphala, que fue izada por el Vicepresidente; y el emblema departamental, que estuvo a cargo del gobernador de Chuquisaca, Damián Condori.

Este 25 de mayo se celebra los 212 años de la Revolución de Chuquisaca, conocida por la historia hispanoamericana como el Primer Grito Libertario de América, un levantamiento popular contra las autoridades de la Real Audiencia de Charcas, actualmente conocida como Sucre, Bolivia.

Revolución de Chuquisaca 

La Revolución de Chuquisaca fue el levantamiento popular ocurrido el 25 de mayo de 1809 en la ciudad de Chuquisaca, actualmente Sucre, perteneciente al Virreinato del Río de la Plata. La Real Audiencia de Charcas, con el apoyo del claustro universitario y sectores independentistas, destituyeron al gobernador y formaron una junta de gobierno. Sería sofocada a mediados del mes de enero de 1810.El movimiento, fiel en principio al rey Fernando VII de España, fue justificado por las sospechas de que el gobierno planeaba entregar el país a la infanta Carlota Joaquina de Borbón, pero desde los comienzos sirvió de marco para el accionar de los sectores independentistas que propagaron la rebelión a La Paz, donde se constituiría la Junta Tuitiva. Reprimido violentamente este último y más radical levantamiento, el movimiento de Chuquisaca fue finalmente deshecho.

Para la historiografía independentista hispanoamericana este acontecimiento suele ser conocido como el Primer Grito Libertario de América.

Alto Perú

Alto Perú en 1783.

El territorio del Alto Perú, hoy parte integrante de Bolivia, estaba compuesto por cuatro intendencias o provincias y dos gobiernos políticos militares. Una de las provincias era la de Chuquisaca, en cuya capital Chuquisaca —llamada también La Plata o Charcas y hoy Sucre, 19°2′35″S 65°15′33″O / -19.04306, -65.25917— tenía su sede la Real Audiencia de Charcas.

La Intendencia de Chuquisaca contaba con los partidos de Yamparáez (16 “doctrinas” incluidas las parroquias de San Lorenzo y San Sebastián, sitas en los términos de la capital misma), Tomina (once pueblos), Pilaya y Paspaya (7 doctrinas), Oruro (4 pueblos), Paria (8) y Carangas (6).

El Alto Perú perteneció al Virreinato del Perú hasta 1776. Por real cédula del 8 de agosto, al crearse el nuevo Virreinato del Río de la Plata, el territorio del Alto Perú pasó a ser parte integrante de este nuevo virreinato. La real ordenanza de 28 de enero de 1782 dispuso que la administración de lo concerniente a gobierno, guerra y policía estaba en manos de intendentes, con acuerdo último del virrey.

Así como la importancia de Potosí radicaba en la riqueza de su cerro, la de Chuquisaca giraba alrededor de la Audiencia y la Universidad Mayor Real y Pontificia San Francisco Xavier de Chuquisaca, la cual —reputada en la época como una de las mejores del mundo— atraía estudiantes de los Virreinatos de Lima y Buenos Aires, por lo que la ciudad era llamada la “Atenas americana”.

En esa época tenía una población de alrededor de entre 14 000 y 18 000 habitantes, de los cuales alrededor de 800 eran estudiantes y 90 miembros graduados del Claustro.

Así, la actividad económica de la ciudad era sostenida por los sueldos de los oidores, empleados curiales y civiles, las costas de los procesos, la universidad, los asistentes a actos literarios y constitucionales, las rentas eclesiásticas, etc.

Desde hacía tiempo existían fuertes desavenencias entre el presidente de Charcas, Ramón García de León y Pizarro, y la Real Audiencia; y entre el arzobispo de Charcas Benito María Moxó y Francolí y el cabildo eclesiástico, producidas en buena medida por los celos y la ambición, que tomaban mayor envergadura por el estado de anarquía y desorden en que se hallaba España.

Unos y otros contendores invocaban el auxilio del pueblo para hacer triunfar sus miras: en uno de los pasquines que en 1808 circularon en Chuquisaca se pedía al pueblo el apoyo al clero oprimido, concluyéndose por exclamar “Viva! Viva la libertad!”.

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