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Mitos insólitos en Bolivia: sepultan fetos en cimientos de  construcciones

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Los comercializan hasta en mil dólares. Son ahumados en comercios, industrias y empresas. Para la construcción, son enterrados bajo los cimientos.

 

Juvenal, un alcohólico de 33 años de edad, se embriagó hasta morir en un antro clandestino de La Paz. Su cadáver fue comprado por un albañil para ser sepultado en un terreno en el que construía una casa. Esa historia, tomada del film boliviano «Cementerio de elefantes», es una práctica popular que, según dicen, atrae la fortuna a aquellas edificaciones cuyos cimientos se erigen sobre restos humanos. Hoy, en el mercado La Pampa de Cochabamba, es secreto a voces que no solo los «borrachitos» sirven como ofrenda a la Pachamama, también los fetos humanos.

«Se venden a 500 o 1.000. dólares. Depende del tamaño». Lo reveló el dueño de uno de las casetas del sector de amuletos y ofrendas del mercado La Pampa.

Aseguro que él no ofrece, pero lo sabe porque «vienen a este sector a preguntar si hay». «Yo les digo: ‘Aquí no vas a encontrar, tendrás que irte a un hospital y contactarte con una enfermera’».

Sin querer, las recomendaciones que les da a los interesados en hacer rituales con humanos, arrojan luces de los posibles implicados en esta actividad «delincuencial». El jefe de la Unidad de Medicina Tradicional del Servicio Departamental de Salud (SEDES), Jesús Gómez, presumió que los embriones comercializados podrían proceder de «los maternos» o de clínicas privadas, donde «la gente comenta que siempre se hacen esas prácticas (de interrupción de la gestación». Sospechó también del anuncio «¿Está embarazada?, tenemos la solución», que aparece en los medios de comunicación escritos, adjuntando un número de celular. «Puede ser por ahí».

Mencionó que le preocupa que haya un «mercado» para los fetos, considerando que la cifra de abortos en Bolivia alcanza récords continentales. La Organización No Gubernamental (ONG) Servicios Internacionales de Asesoría sobre el Embarazo informó que en el país se producen 185 interrupciones al día. «Se va a hacer un negocio con la vida».

RITUAL

Pero, ¿Qué hacen los curanderos con el cadáver del bebé? Hay dos usos principales. Cuando hacen el “trabajo” para los «empresarios, dueños de tiendas, floteros, los que viajan a la China por mercadería, los propietarios de centros comerciales» supuestamente «lo queman, lo sahuman». Ponen el feto sobre el brasero en el que se prepara la q´oa y dejan que el carbón al rojo vivo lo vaya desintegrando en partículas tan pequeñas, que impregnan su olor del lugar que «quiere progresar rápido», explicó una fuente de La Pampa que, por cuestiones legales, prefirió mantener en reserva su identidad.

Los del rubro de la construcción acostumbran enterrarlo debajo de los cimientos. «El almita hace fuerte a la construcción. Soportará cualquier inclemencia del tiempo y si ese lugar funciona como negocio, prosperará, atraerá gente, siempre estará lleno», aseguró.

Indicó que el sector que demanda más fetos es el empresarial en general. «Han venido aquí y me han dicho ´Necesito un fetito´, ´¡Wow!, anda pues a la maternidad´, les he dicho».

ACCESO

¿Es difícil conseguir un embrión humano?, se le consultó al curandero de La Pampa. “Ehhhh (dudó y luego guardó silencio). No, no sé. Pero, hay personas pues, ¿no ve?, enfermeras digamos, las que… No sé cómo, pero te lo consiguen”.

¿Le han venido a ofrecer un feto alguna vez?. “Nadie”, respondió, con un tanto de nerviosismo. “Hay curanderos que trabajan con eso (fetos humanos), especialmente los peruanos y los colombianos. Le dicen 5 mil dólares y la gente incrédula paga nomás”.

Ese precio supuestamente es solo por el desarrollo del ritual. A ello se debe sumar los 500 o 1.000 dólares por el feto. En suma, el ritual cuesta hasta 6 mil dólares.

CONSTRUCCIONES Además de fetos, los relatos tradicionales revelaron que algunos adultos y niños -varones sí o sí- también son entregados a la Pachamama o El Tío, muchas veces vivos.

Recientemente, en la provincia Muñecas de La Paz denunciaron que un grupo de mineros sacrificó a un niño en un yacimiento de oro.

Son muchas las versiones que se tejieron en torno a este caso. Algunos comunarios contaron que lo enterraron vivo al interior de la mina para que el mineral abunde, otros dijeron que no es la primera desaparición de un infante en la zona. Lo cierto es que la pasada semana La Policía realizó una requisa en centros mineros y no halló el cadáver del niño de ocho años de edad, pero él continúa desaparecido.

OPINIÓN habló de este supuesto ritual con el curandero Raúl Ayma y el médico tradicional Kallawaya Abelino Paucar.

Ambos aseguraron que antes de que se develara el caso del niño de La Paz, ellos conocían que se realizaba ese tipo de rituales en minas, aunque no lo constataron.

También contaron que se comenta que se recurre a la “ofrenda humana”, sobre todo en La Paz. Antes de iniciar la construcción de centros comerciales, puentes y otras infraestructuras portentosas.

Atribuyen este tipo de rituales a la cultura aymara, pero, data de mucho antes y llegó, inclusive, a países que están al otro lado del mundo.

En Japón, por ejemplo, practicaban hasta el siglo XVI el Hitobashira, que consistía en sepultar vivo a un ser humano, como ofrenda a los dioses, para que un edificio no sea destruido.

Irónicamente, uno de los ejemplares arquitectónicos donde se presume que se realizó este rito, el Castillo Matsue, es uno de los pocos que aún se conserva. La mayoría de los castillos japoneses fueron dañados en guerras o terremotos.

“Los que usan sullus de personas en q’oas están cometiendo un delito. Sabemos que se puede ir a la cárcel por eso”.

Raúl Ayma

curandero la pampa

Definición

Un sacrificio humano es una ofrenda a una deidad en señal de homenaje o expiación.

Fuente: Opinión Bolivia

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