«No al feminicidio”: El desgarrador pedido del hijo de Yesika tras su brutal asesinato

La Paz, 28 de abril 2025

Yesika Paola Chávez Bocanegra, una joven estilista de apenas 26 años, fue asesinada a balazos en su lugar de trabajo por su expareja, un miembro activo de la Policía Nacional. Sin embargo, entre el dolor y la indignación que desató el crimen, la voz de su pequeño hijo, Elián Perdomo, resonó con una fuerza conmovedora y dejó un mensaje que estremece: “No al feminicidio”.

La tragedia ocurrió la noche del lunes 22 de abril en la localidad de Ciudad Bolívar, en Bogotá (Colombia). Yesika trabajaba en un salón de belleza cuando Andrés Julián Mesa Ramírez, de 36 años, irrumpió armado y le disparó en diez ocasiones antes de quitarse la vida.

El brutal ataque quedó registrado por las cámaras de seguridad del establecimiento, imágenes que rápidamente se viralizaron en redes sociales, despertando una ola de indignación nacional e internacional.

Días después, frente al salón de belleza donde Yesika fue asesinada, familiares, amigos y vecinos organizaron un homenaje en su memoria. En medio del dolor, Elián, su hijo de aproximadamente 10 años, tomó un altavoz y, entre lágrimas, dirigió unas palabras que conmovieron a todos los presentes.

“Buenas noches para todas las damas y caballeros que están acá para conmemorar el fallecimiento de mi mamá, de una buena mujer, de una buena mamá. Quiero decir que no al feminicidio, que cuando denuncian que agarren al feminicida, que no los dejen libres para evitar más casos como el de mi mamá, porque si no, las mujeres van a terminar disminuyendo y ellas son las que nos dan la vida”, expresó el niño con la voz entrecortada.

El valiente y desgarrador mensaje de Elián expuso, en su pureza e inocencia, una verdad brutal: la impunidad y la falta de acción frente a las denuncias de violencia pueden costar vidas. En este caso, las autoridades confirmaron que el agresor ya tenía al menos dos denuncias previas por violencia familiar.

Yesika Paola no solo deja a Elián huérfano, también a una pequeña llamada Victoria, fruto de su relación con su agresor. La voz del pequeño, resonó de forma poderosa, mientras gritaba: ¡Ni una más!.