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Sabaya la sede del contrabando en Bolivia 

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Estos grupos operan en Bolivia y Chile. Cuentan con bienes en los dos países. Las autoridades admiten el problema. El Estado pierde más de $us 1.000 millones al año

 

 

 

Oruro amanece con un frío intenso y a pocas cuadras de la plaza central se observa mucho movimiento. Es miércoles y no están los camiones que trajinaron durante varios días por los caminos ilegales en la frontera boliviano-chilena. Son pequeñas camionetas que dejan la mercadería recién llegada de Iquique. Las mafias del contrabando no están en la capital orureña, se quedaron en pleno límite fronterizo y operan desde ese lugar, donde tienen varios bienes inmuebles y vehículos en la jurisdicción de ambos países.

Es Sabaya, un punto clave para el contrabando, aunque eso lo descarta su alcalde, Edgon Villca, quien lanza una explicación a lo que pasa en la frontera: “Todo el contrabando pasa por las comunidades aledañas de Sabaya, no por el casco urbano”.

En los alrededores de Sabaya hay pueblos como Pagador, Huachacalla, Payrumani, Turco o Carabaya que son víctimas del contrabando. Y por qué no del narcotráfico. Estas comunidades orureñas prácticamente viven del contrabando. Las mafias, que son familiares en su mayoría, operan desde esos pueblos, pero sus tentáculos están presentes en el lado chileno. Los padres son bolivianos y los hijos tienen nacionalidad chilena.

Orlando Rojas es uno de los fiscales que atiende el caso de la muerte de dos militares bolivianos a manos de contrabandistas, ocurrida el 12 de marzo. El investigador indica que Sabaya es zona de tránsito de mercadería ilegal. Entre los productos más preciados, dice, están los rollos de tela que llegan de China, vehículos indocumentados, ropa usada y artículos de línea blanca y negra, como lavadoras, refrigeradores, cocinas, microondas, televisores, equipos de audio, artículos digitales y teléfonos móviles.

“Todo eso pasa desde Chile por las rutas ilegales. Los comerciantes evaden el control aduanero y es ahí donde existe el delito”, relata Rojas.
El fiscal distrital de Oruro, Gustavo Rocha, quiere poner un punto final al contrabando, pero admite que esta tarea debe ser coordinada con otras instancias, como las Fuerzas Armadas, Policía y la Aduana Nacional. Aún así ve que el control debe aumentar en la frontera, donde se inicia el negocio ilegal.

“Hay este lamentable antecedente donde se perdieron vidas humanas (militares muertos). Por eso se debe implementar mejores controles y evitar que todo ese contrabando llegue desde Chile”, destaca Rocha.

El lado chileno

El negocio se inicia en el puerto de Iquique o en el norte de Arica. Varios ciudadanos bolivianos acuden a las terminales marítimas para retirar la mercadería de forma legal. En las zonas francas hay conductores de camiones que se ofrecen a llevar los productos, casi siempre optan por tomar las rutas ilegales. La mayoría de la carga llega a Sabaya y es ahí donde se replantea la estrategia para evadir los controles fronterizos.
Las mafias familiares empiezan a actuar en esta zona. Verifican la mercadería y la envían a Oruro. Estos clanes operan en la frontera y tienen sus bienes en Sabaya, Pisiga, Turco o Huachacalla, en el lado boliviano. Además, cuentan con casas en territorio chileno. En las poblaciones de Colchane, Escapina, Cariquima, Mauque, Ancuaque o Isluga.

En Sabaya circulan sin problema los vehículos con placa chilena. Casi todos los motorizados tienen la patente del vecino país y otros ni siquiera tienen la placa de control. Es más, miran a un coche con registro boliviano como algo extraño. A este municipio llegan, entre otros productos, vehículos de segunda mano comprados en Chile que pasan por algunas de las 112 rutas ilegales que fueron detectadas en la frontera con Bolivia. En esa localidad, ubicada a 45 kilómetros de los límites entre los dos países, se desmantelan los carros y se acopia las autopartes que luego son comercializadas, principalmente, en la ciudad de El Alto, pero también llegan a los mercados de La Paz, Cochabamba y Santa Cruz.

Es también en Sabaya donde llegan las telas de origen chino. Los camiones con la carga pasan por vías alejadas del casco urbano. No hay control y hasta se crean caminos para llegar más rápido a Oruro, centro de acopio de la mercadería ilegal. Los productos son repartidos a todo el país.

El contrabando es rentable. Según datos del Gobierno, el 70% de la mercadería ilegal proviene de Chile. El Ministerio de Economía resaltó que con el contrabando se genera una pérdida estimada en $us 1.000 millones al Estado por evasión de impuestos, principalmente en los rubros de alimentos, bebidas, textiles y electrodomésticos. Sin embargo, la Confederación de Empresarios Privados de Bolivia señaló que la pérdida alcanza los $us 2.000 millones por el movimiento ilícito de carga.

Esos datos fueron corroborados por la presidenta de la Cámara de Diputados, Gabriela Montaño, quien adelantó que se aplicará políticas aduaneras para rebajar estas cifras que dañan la economía nacional. Por ejemplo, un contrabandista adquiere un vehículo en Iquique en $us 1.000, luego lo introduce a Bolivia por rutas clandestinas y en Sabaya lo desmantela. Luego vende los repuestos y logra ganar hasta $us 4.000, cuatro veces más de lo que invirtió.

Sabaya, ciudad crítica

El alcalde de Sabaya, Edgon Villca Viza, admite que el tema del contrabando no ha sido solucionado, pero señala que el movimiento ilegal se ejecuta por las afueras del pueblo. “Está casi superado el problema (del contrabando)”, asegura. El burgomaestre añade que ahora se construyó en Sabaya un puesto aduanero y un módulo policial.

Villca Viza informa, además, que fueron transferidos 1.332 metros de terreno al Ministerio de Gobierno para que instale un módulo migratorio y de lucha contra los delitos transnacionales, como el contrabando y el narcotráfico.

Sabaya es para la Aduana el núcleo del comercio de mercadería ilícita. En noviembre de 2016 efectivos militares cercaron la localidad. Había alrededor de 50 camiones con mercadería de contrabando estacionados al interior de los domicilios. Mediante un acuerdo con las autoridades del pueblo se logró incautar los productos, que en su mayoría era línea blanca y negra y ropa usada.

El exministro de Defensa Reymi Ferreira apunta a Sabaya como el lugar ‘emblemático’ del contrabando. Por su lado, el ministro de Gobierno,
Carlos Romero, detalla que las mafias familiares en ese sector operan con teléfonos satelitales y drones. Además, recalca que estos grupos ilegales ahora adoptaron la modalidad de contratar sicarios para eliminar a los guardias aduaneros, como ocurrió en marzo, pero a la vez para terminar con la competencia.

La frontera delictiva con Chile

La Aduana Nacional ejecuta un proyecto de instalación de puestos de control en la frontera con Chile. Recién se inauguró uno en Sabaya y otro en Llica. En el departamento de Oruro es donde más operativos se realizan.

No existe otra frontera que sea tan apetecible para el crimen. Bolivia y Chile comparten 850 kilómetros de límite y en ese amplio territorio existen pocos controles aduaneros, lo que provoca que el contrabando sea un negocio rentable y de todos los días entre ambas naciones. La Aduana Nacional trabaja en fortalecer el control instalando puntos, más allá de los tradicionales en las localidades de Tambo Quemado y
Pisiga.

Dos nuevos proyectos se instalaron el año pasado. Un puesto de control en Sabaya, que permite la revisión del paso de productos provenientes de Iquique, y otro en la localidad de Llica, en Potosí. Este punto, cerca del salar de Uyuni, controla todo el paso de comercio proveniente de las ciudades chilenas de Antofagasta y Calama.

“Creemos que ha sido un triunfo para la Aduana tener un puesto de control, prácticamente ahí en Sabaya. Hacer patria es trasladarnos a distintos lugares. Estamos mejorando nuestras condiciones de control aduanero (…) hay una imagen importante de Bolivia al mundo y nos enorgullecemos de tener las mejores instalaciones en varios lugares del país”, destacó Marlene Ardaya, presidenta de la Aduana.

El puesto de control en Sabaya tuvo una inversión de Bs 2,5 millones y fue inaugurado en enero de este año. La infraestructura está instalada en una superficie de 5.000 metros cuadrados en un terreno donado por la Alcaldía de Sabaya y tiene dormitorios, cocina y baños para 20 funcionarios de la Unidad de Control Aduanero (UCA).

Pero en esta región también se instalaron estrategias de inteligencia para evitar que los camiones dedicados al contrabando pasen por rutas ilegales. Hay funcionarios especializados que trabajan en puntos móviles y están capacitados para subsistir en las mínimas condiciones.
Bolivia y Chile mantienen activo  el Grupo Permanente de Trabajo Sobre Temas Aduaneros. La última reunión de este comité se efectuó este año en la localidad chilena de Colchane, que es plena frontera con Bolivia. Ahí se determinó, entre otros aspectos,  un enlace para coordinar al análisis de rutas de mercancías e importaciones, enfocado preferentemente al contrabando de cigarrillos, además de la devolución de coches que fueron robados en suelo chileno y que traspasaron a Bolivia como indocumentados.

En 2017, según datos de la Aduana Nacional, se incautaron 564 camiones con mercadería ilegal. Asimismo, la UCA realizó 8.140 operativos en todo el país, recaudando Bs 485 millones. Oruro es el departamento donde más operativos se hizo y también donde más dinero se incautó: Bs 151 millones.

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