Un estudio de la Universidad de Harvard ha determinado que la hoja de coca en su estado natural servido en mate, infusión, harina, o ingerido (acullico o pijcheo) directamente, se constituye en un complemento ideal para la dieta diaria, por su alto contenido de calcio, hierro, potasio y otras vitaminas.

En la investigación titulada Valor Nutricional de la Hoja de Coca, los especialistas aseguran que su consumo es seguro y no genera dependencia, pues la cantidad de cocaína en la hoja sagrada no supera el 1 por ciento, al contrario, pues mezclado con la saliva se transforma en ecgonina, sustancia que contribuye a quemar las grasas acumuladas en el hígado, generando energía.

El nutricionista peruano Manuel Raggio afirmó que entre las propiedades más resaltantes de la hoja de coca está: la prevención de la osteoporosis, porque cuenta con más de 2000 mg de calcio en 100 gramos; combate la anemia, por la cantidad de hierro y vitamina B; disminuye niveles colesterol y triglicéridos, regulando la glucosa y la presión sanguínea; y, combate la depresión, despejando la mente y dando vigor físico y mental, entre otras, por lo que consumir una cucharada de harina de coca al día, mezclada con jugos es ideal para todo ser humano.

Recordemos que el presidente Evo Morales, fue quien logró que en la Convención de Viena del a Organización de Naciones Unidas ONU, se despenalice la masticación (acullico) de la hoja de coca, “corrigiendo un error histórico al incluir a la hoja de coca, en su estado natural, como estupefaciente o droga (..), (porque) La Constitución de Bolivia califica a la hoja como: la coca originaria y ancestral, patrimonio cultural, recurso natural renovable de la biodiversidad de Bolivia, y como factor de cohesión social”, retomando así el uso tradicional, que acompaño a los pueblos indígena originarios, desde tiempos inmemorables.