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Balotaje 2023. El análisis para seguir una jornada histórica

Todos conocen a los candidatos, pero nadie puede pronosticar cómo gobernarán si ganan.

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Balotaje
Foto- La Nación

Argentina 19 de noviembre 2023

Cuáles son las claves de este domingo electoral, en el que Sergio Massa y Javier Milei se enfrentan por la presidencia; quién ganará, cómo leer el resultado; una línea de tiempo para ayudar a entender las novedades

Todos miran números pero nadie sabe cómo terminará la contienda de hoy. Todos conocen a los candidatos, pero nadie puede pronosticar cómo gobernarán si ganan. Todos saben los enormes desafíos que enfrentará quien resulte victorioso, pero nadie se atrevió a hablar frontalmente de ellos. Las elecciones tienen un efecto revelador en esta Argentina en tinieblas.

De pronto se levanta el telón y emerge un presidente que hasta ahora fue difícil identificar, que en 20 días debe articular un equipo, un discurso y un plan de acción. Las elecciones siguen actuando como un muro, que por un lado contiene socialmente, canaliza frustraciones y genera expectativas; y por el otro, impide ver qué hay detrás.

En las democracias funcionales, las campañas electorales son una iluminación del debate público, que en general tienen un alto nivel de correlación con lo que ocurre después. El voto queda así revalorizado como instrumento de decisión. Pero aquí, ¿cuál de todos los Massas posibles asumiría si se impone hoy? ¿Por qué caminos lo llevarían su pragmatismo extremo y su tacticismo irrefrenable? ¿Qué Milei se haría cargo: el loco de la motosierra o el que en el último tramo trató de dar señales de previsibilidad? ¿Cómo reaccionaría y qué temple demostraría cuando empiece a tropezar con todas las dificultades que la gestión garantiza? Preguntas en la niebla. Esto no quiere decir que dé lo mismo que gane uno u otro; claramente son dos candidatos muy distintos, que representan ideas y hasta valores diferentes. En ese sentido es una definición mucho más ideológica que la de 2015, cuando Mauricio Macri y Daniel Scioli no eran disímiles entre sí.

El problema mayor reside en que la elección resuelve solo una parte del acertijo, que por cierto no es menor: quién se hará cargo del asunto. Pero esa legitimidad de origen de los gobiernos democráticos es rápidamente desafiada por los resultados de la gestión. Ocurrió con varios países de la región, cuyos mandatarios sufrieron una profunda erosión en su primer año de mandato. La Argentina llega a esta instancia con un caudal inédito de demandas y déficits acumulados a lo largo de las últimas décadas en el plano económico, social y político. Es una herencia pesadísima que deberá afrontar el ganador de hoy, con lo cual asumirá con ese riesgo latente.

El país llega al momento más crucial de su historia moderna sin certezas. Es el punto en el que los caminos se bifurcan y no hay una hoja de ruta para saber cuál es la senda virtuosa. Lo de hoy es un ejercicio expresivo de voluntad popular sin GPS. Esta noche se levantará el telón y empezará una nueva obra, de la que nadie parece conocer verdaderamente el guion.

9:30 | El drama de los indecisos

Son, según las encuestas, hasta 4,8 millones de argentinos. Entrarán al cuarto oscuro sin tener claro a quién votarán como el próximo Presidente o si optarán por sufragar en blanco, si buscarán anular su voto o si ni siquiera irán a votar. Son ellos los que definirán la elección entre Javier Milei y Sergio Massa: los indecisos.

Estudios como el desarrollado por la Universidad de San Andrés muestran que hasta el 13% de los 37,5 millones de ciudadanos habilitados para votar llegan al balotaje sin saber a quién prefieren más o a quién rechazan menos. Hombres y mujeres de clase media o trabajadora, de todas las edades, según coinciden distintas encuestas, que comparten una característica: un desencanto profundo con la política, de la que desconfían tanto como la rechazan.

Esos indecisos salieron sin una respuesta clara del debate del domingo pasado, según concluyó el Observatorio Pulsar de la Universidad de Buenos Aires (UBA). Ahora, mientras acuden a los centros de votación, esos votantes acaso busquen una respuesta íntima a algunas preguntas: ¿Cuál es el mejor –o el menos malo- de los dos candidatos? ¿Cuál resulta más digerible o menos indigesto? ¿Cuál es preferible que gane o que pierda? ¿Quién plantea propuestas más aceptables o menos inaceptables?

Otros hombres y mujeres acaso prefieran plantearse el dilema en términos más cercanos a su vida cotidiana: ¿A quién le confiaría sus hijos? ¿A quién le compraría un auto? ¿A quién tendría de socio comercial? ¿Con quién podría compartir un trabajo cotidiano o, incluso, un departamento? ¿Quién cree que jugaría más limpio al fútbol o cualquier otro deporte? ¿Con quién iría a cenar?

Las respuestas de los indecisos a esas y otras preguntas más complejas o más sencillas pueden definir el balotaje, aunque otros ciudadanos ocultan detrás de una declamada indecisión su “voto vergüenza”. ¿Cuántos son? Difícil saberlo, aunque la Universidad de San Andrés estima que serían otro 10% del padrón. Y sobran antecedentes de ese tipo en Argentina, donde el ejemplo icónico lo encarna Carlos Menem, con su reelección en 1995 y los “yo no lo voté”.

¿Quién le genera más o menos rechazo?

Los argentinos ya están hablando en las urnas: el resultado de este balotaje marcará a fuego el futuro del país. En LA NACION seguimos desde el amanecer la información relevante de este día histórico y, a tono con lo excepcional del momento, abrimos a nuestra audiencia la primera reunión de la mesa de editores. Al comando del secretario general, José Del Rio, los periodistas encargados de coordinar el operativo electoral analizan cuáles son las claves de la jornada, qué consecuencias pueden tener los resultados, dónde mirar cuando empiecen a conocerse los datos del escrutinio, y la perspectiva económica del lunes. /// LA NACIÓN

 

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