Pro-camélidos alcanzan el puesto número uno a nivel mundial por su destacado impulso a la igualdad de género y el empoderamiento de la mujer

Roma, 15 de febrero 2024

En ocasión del 47º Consejo de Gobernadores en Roma, se realizó la entrega de los Premios FIDA de Género, destacando los logros sobresalientes de Pro-Camélidos, entidad estatal financiada por el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA), en reconocimiento al trabajo que viene desarrollando por mejorar las condiciones de vida de las mujeres productoras y transformadoras de camélidos, en el altiplano boliviano.

“Es un placer estar aquí para resaltar el impacto de los proyectos financiados por FIDA, que velan por cerrar las brechas de género, empoderar a las mujeres rurales en sus comunidades y avanzar en términos de género, destacar el aporte de los 15 proyectos nominados en esta área crucial ha sido un desafío considerable”, expresó Alvaro Lario, Presidente de FIDA.

En su intervención, el coordinador nacional del Programa Pro-Camélidos, Roberto Bonifacio, expresó que este logro es el resultado del esfuerzo conjunto del equipo técnico, “las inversiones enfocadas al empoderamiento de la mujer, han servido para implementar infraestructuras productivas, proporcionar equipamiento para los planes de negocio, el fortalecimiento de capacidades de las mujeres para romper las brechas tecnológicas y digitales destinadas a garantizar ingresos económicos en beneficio de sus hogares”, resaltó.

Por su parte, el Vicepresidente Asociado del FIDA, Donald Brown, destacó que en Pro-Camélidos implementaron una estrategia multifacética que combina varias prácticas y enfoques para impulsar un cambio positivo en la igualdad de género, en el empoderamiento de las mujeres al priorizar la inclusión y abordar las normas de género.

Los Premios del FIDA relacionados con temas de género se basan en la convicción de abordar las causas fundamentales de la desigualdad de género, como punto esencial para combatir el hambre y la pobreza. La disminución de la brecha de género tanto en la productividad agrícola como en los salarios del sector podría tener el potencial de reducir la inseguridad alimentaria mundial en aproximadamente un 2%.