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Política

Evo Morales es el  último eslabón populista en Latinoamérica

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Frente a las crisis desatadas en los países hermanos de Sudamérica, es imposible desatender las cualidades y la resistencia que hoy representa, el gobierno boliviano a la cabeza del líder social indígena, Evo Morales Ayma.

 

La estabilidad económica, la fortaleza de la moneda, la riqueza y explotación de los recursos propios, la industria nacional, la inversión interna y la reactivación del comercio, la apuesta a la educación, salud y tecnología, la reivindicación de las raíces indígenas, los aumentos salariales, la lucha contra las desigualdades de género; así como la lucha continua contra los plazos y recetarios impuestos por el poder capitalista y las corporaciones extranjeras, son sólo algunas de las cualidades, por enumerar algunas del gobierno del actual presidente de Bolivia.

En tiempos en donde es posible ver la destrucción de los Estados vecinos en manos de dirigentes presidenciales mercantilistas, que sólo especulan en beneficio de las clases acomodadas en complicidad con los medios masivos de comunicación,que operan como empresas sicarias al servicio reciproco de beneficios -que excluyen de la ecuación a los que menos tienen-; es de vital importancia rescatar el lugar que ocupa Bolivia en la actualidad con un gobierno populista, indigenista y campesino, que representa los intereses de aquellos que contadas veces en la historia tuvieron voz y voto.

La  creatividad en las políticas de este gobierno -como un reloj que lleva losnúmeros al revés, haciendo referencia a los tiempos y las formas propios de Bolivia-, nada tiene que ver con cierto intento de ridiculización que se quiere construir desde el exterior, incluso desde las mismas líneas de la oposición dentro del mismo país, que al perder poder y beneficios a los que siempre estuvieron acostumbrados, lanzan belicosas acusaciones de lo que ellos en toda la historia fueron incapaces de materializar. La dirigencia del gobierno simplemente responde, -a una forma pocas veces antes vista- de construirse no como un gobierno sometido,que rinde culto y ofrenda social a los grandes poderes mundiales: potencias extranjeras, Fondo Monetario Internacional, Banco Mundial, por enumerar las más fuertes; sino como un gobierno que respeta sus particularidades y entiende que de nada sirven los instructivos extranjeros, que han dinamitado las riquezas y posibilidades de todos los países tercermundistas, al servicio de beneficios propios y de los grupos trasnacionales con los que se vinculan. Las características y fortalezas singulares de la defensa de lo originario, de respetar las características particulares de la sociedad, con su historia, su ancestralidad, su idiosincrasia, su tradición social y cultural, sus festividades, y todo aquello que hace de Bolivia una nación multicultural y pluriétnica; no es más que la concreción de la resistencia hecha carne en cada eslabón que constituye el país.

No es casual que el Estado Plurinacional de Bolivia, sea el único lugar en donde la multinacional McDonald’s haya fracasado ante el contundente desinterés de la población, que prefiere sus platos y menús típicos frente al combo de comida “chatarra” que ofrecía la empresa, en su tradicional ejercicio de globalizar y homogeneizar paladares.

Del mismo modo, es de los pocos países del mundo que ha logrado poner límites a las relaciones con el gobierno norteamericano, a través de la Embajada de EEUU dentro del país, ya que solo mantiene distantes lazos diplomáticos,frente a la anticipación de Morales que dictaminó, “no se aceptará conspiración de Estados Unidos” a lo que el actual embajador respondió “no se conspirará”; respuesta dudosa, si se ponen en perspectiva todos los países del mundo en donde EEUU decide tener injerencia, excediendo en extremo los poderes que como nación debería concederse. Esto no significa que lo político deba afectar la relación comercial, ya que el vínculo productivo va en alza en convenios bilaterales.

Frente a la innumerable cantidad de ejemplos que se pueden exponer para describir las diferencias abismales que tiene el gobierno boliviano, frente a sus hermanos sudamericanos en la actualidad, solo resta afianzar la importancia y la responsabilidad que se precisa para salvaguardar este valioso proceso no solo a escala nacional, sino en su relevancia regional.

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