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Políticas implementadas por el BCB permiten a Bolivia ser referente en estabilidad y crecimiento

Durante la gestión que concluye, el BCB desarrolló un conjunto de políticas monetarias que aseguraron la estabilidad macroeconómica del país, que fortalecieron la moneda nacional y permitieron la modernización del sistema de pagos nacional, consolidando el Modelo Económico Social Comunitario Productivo.

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Foto-Banco Central de Bolivia

La Paz, 31 de diciembre 2022

En un escenario internacional adverso, marcado por los efectos de la pandemia del Covid 19 y la guerra entre Rusia y Ucrania, además de una elevada inflación, gracias a las políticas económicas soberanas implementadas por el Banco Central de Bolivia (BCB), el país culmina la gestión 2022 con indicadores macroeconómicos que muestran la recuperación de la senda del crecimiento, con una previsión cercana del 4% para el crecimiento económico.

En efecto, durante la gestión que concluye, el BCB desarrolló un conjunto de políticas monetarias que aseguraron la estabilidad macroeconómica del país, que fortalecieron la moneda nacional y permitieron la modernización del sistema de pagos nacional, consolidando el Modelo Económico Social Comunitario Productivo.

Los indicadores desvelan que, en una coyuntura internacional marcada por presiones inflacionarias a nivel global, la inflación acumulada a noviembre fue de 3,0%, dentro del rango previsto por el Ente Emisor.

La inflación nacional marcó la tasa más baja en América del Sur y una de las más bajas en el mundo.

Este aspecto, fue reconocido por diferentes organismos internacionales, calificadoras de riesgo país y revistas internacionales especializadas en el ámbito económico; un resultado destacable fruto de la implementación correcta de políticas monetaria y cambiaria por parte del BCB y de las medidas de apoyo en el sector productivo asumidas por el Gobierno nacional.

La ejecución de una política monetaria soberana contribuyó a la reconstrucción económica, manteniendo la liquidez del sistema financiero en niveles adecuados por encima de los Bs 10.000 millones, el cual se logró mediante la aplicación de instrumentos convencionales y no convencionales que fueron focalizados en dinamizar el crédito al sector productivo, mismo que logró un crecimiento en torno al 8%.

Otro aspecto relevante es el nivel de bolivianización de nuestra economía. El país alcanzó la mayor remonetización (desdolarización) en la región; de tal forma que hoy la moneda nacional tiene un uso pleno por la población, tanto como medio de pago como reserva de valor. En ese sentido, el 99,2% de los préstamos en el sistema financiero —casi la totalidad— están en bolivianos, en tanto que los depósitos alcanzan al 85,5% en moneda nacional, demostrando la confianza de la población en el boliviano.

El desempeño del sistema financiero se caracterizó por mejores indicadores de acceso y cobertura como el de rentabilidad, con niveles adecuados de solvencia, asociados a la recuperación de la actividad económica y las políticas que incidieron en la actividad del sector financiero. Asimismo, la cartera en mora del sistema financiero se mantuvo controlada, reflejándose en un bajo índice de morosidad del 2,2%, el menor respecto a los países de la región.

Complementariamente, las operaciones en un sistema financiero, que goza de buena salud, continuaron con su dinámica, al igual que el ritmo de modernización del sistema de pagos fomentando la implementación de nuevas tecnologías, como por ejemplo la implementación del código QR BCB Bolivia.

En el ámbito externo, al tercer trimestre de 2022 la cuenta corriente de la Balanza de Pagos registró un superávit por segundo año consecutivo, explicado por el saldo positivo de la Balanza Comercial y la recepción de remesas familiares, reflejando el incremento de las exportaciones del país. En efecto, a octubre el superávit en cuenta corriente se situaba de 0,9% del PIB; la Balanza Comercial marcaba un récord histórico en exportaciones de productos tradicionales y no tradicionales con un beneficio de $us1.759 millones; y las remesas familiares registraban un ingreso histórico de $us1.058 millones.

En línea con estos resultados, las Reservas Internacionales Netas (RIN), que al 20 de diciembre se situaban en $us4 mil millones, se han mantenido estables durante 2022, logrando cubrir con los parámetros referenciales determinados por organismos internacionales, demostrando que las políticas implementadas por el Gobierno nacional, a través del Ente Emisor, fueron acertadas.

De esta manera, Bolivia cuenta con una economía estable, en crecimiento y con baja inflación que se ha convertido en un referente internacional, fruto de políticas monetarias soberanas implementadas por el Ente Emisor en el marco del Modelo Económico Social Comunitario Productivo, el más exitoso y estable de nuestra región.

A este respecto y de acuerdo a las previsiones de variables macroeconómicas del Presupuesto General del Estado (PGE), para la próxima gestión se prevé una tasa de crecimiento de la economía boliviana del 4,86% y una tasa de inflación del 3,57%.

En ese contexto, el BCB proyecta que el 2023 sea el año en el que se consolide la reactivación económica, una Bolivia con empleos y que reduce la pobreza, un país con una economía fortalecida y estable que mejora la calidad de vida de sus habitantes.

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