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Opinión

Argentina, entre el temblor y la furia

Argentina claramente ha visto romper su sistema de partidos, incluso desde el resultado de las primarias y mucho antes a través de los distintos resultados de las gobernaciones.

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Elecciones Argentina
Foto- Sergio Massa -Javier Milei

Santa Cruz 29 de octubre 2023

Una conversación con el reconocido politólogo argentino, Mario Riorda.

El punto Sobre la i

Las elecciones nacionales en Argentina del pasado domingo 22 de octubre dejaron un claro ganador, Sergio Massa, pero eso no ha significado que haya pasado el temblor. El próximo 19 de noviembre hay una nueva cita con las urnas, donde los votantes dirimirán la presidencia mediante un balotaje entre el candidato de Unión por la Patria y Javier Milei, de La Libertad Avanza. Hasta entonces, todavía hay una grieta, una nación que se debate entre la desilusión y la furia.

Para entender lo que pasó, las causas y consecuencias, conversamos con el académico, docente, politólogo e investigador argentino, Mario Riorda. El especialista se desempeña como asesor y consultor en comunicación política y gestión de crisis para gobiernos y partidos políticos de América Latina. También preside la Asociación Latinoamericana de Investigadores en Campañas Electorales. Desde una perspectiva instruida y lúcida, su análisis cuenta con la virtud adicional y siempre apreciada de la claridad.

¿Cómo se puede sintetizar lo sucedido en las elecciones del pasado domingo en Argentina?

Hay un montón de factores, algunos bastante difíciles de comprender cuando Argentina claramente ha visto romper su sistema de partidos, incluso desde el resultado de las primarias y mucho antes a través de los distintos resultados de las gobernaciones, que adelantaron sus elecciones. No obstante, parecía que Argentina transitaba en una gran pugna o puja de valores, entre la ira, representada a través del cansancio de la modificación del sistema, incluso de la modificación violenta del sistema político actual, en la figura de Javier Milei, versus el miedo, representado reactivamente a través de la figura de Sergio Massa; específicamente del votante muy cercano al peronismo.

En ese sentido triunfó claramente el miedo por sobre la ira y, aun así, corresponde ser muy prudentes y discretos porque ese triunfo representó la peor performance del peronismo en su historia democrática reciente. Es decir que tampoco es que ha sido un triunfo avasallante, sino simplemente la victoria parcial de un valor por sobre otro.

Las encuestas daban por ganador a Javier Milei, esto no se verificó. ¿Cómo se explica esto?

Más allá de que en todas las encuestas siempre hay alguna intencionalidad, lo cierto es que desde hace muy buena cantidad de tiempos, el gran favorito de las encuestas reales fue el propio Javier Milei. Sólo que, en general, de cara a un montón de errores, especialmente del entorno libre pensador que lo rodeaba, empezó a funcionar una campaña de miedo, de lo imprevisible, de la incertidumbre que puede generar su liderazgo. Así, se achicaron las distancias y las diferencias en los distintos sondeos. De hecho, tal es así que no todas las encuestadoras midieron hasta la última semana, pero aquellas que registraron estudios en los últimos días, prácticamente en la mayoría, ya se evidenciaba una mínima diferencia o incluso una potencialidad de victoria de Sergio Masa.

¿Cómo fue evolucionando el despliegue de las estrategias de los contendientes?

Hace un tiempo, a través de una serie de estudios cualitativos, se tenía la sensación que gran parte del reclamo era por un reseteo total de la Argentina; sea por quienes estaban con total disconformidad con el sistema político y económico, que sienten que los excluye, sean en general una gran mayoría de argentinos que ven que el país está a la deriva y sea por aquellos que tienen estrategias de microajustes asociadas particularmente a la sobrevivencia económica. En ese sentido, me parece que el reacomodo estratégico de las fuerzas es bastante claro. Por un lado, de modo excepcional como respuesta a este contexto crítico, el propio Sergio Massa está proponiendo un gobierno de unidad nacional. Y es interesante porque nadie propone un gobierno de unidad nacional porque sí, si es que no existiese una situación disruptiva o excepcional. Se diría que Massa hoy es el gran generador de puentes hacia otras fuerzas, hacia otros votantes. Es decir, daría la sensación que psicológicamente, Massa está en un proceso de relativa expansión hacia otros sectores. Por el contrario, la estrategia de Javier Milei, en sociedad con Patricia Bullrich y con el expresidente Mauricio Macri, es la de radicalizar y resignificar o reactualizar la vieja grieta entre el kirchnerismo y el anti-kirchnerismo. Es decir, es una campaña totalmente de contraste frente al kirchnerismo, frente al pasado malo, según su punto de vista.

Ganó Massa, pero, ¿quién perdió más en estas elecciones?

Me parece que Juntos por el Cambio, con toda la potencia, la expectativa que había en torno a que claramente fuese el partido que ganase la elección, desde hace dos años a la fecha, claramente se vislumbró como el gran perdedor de esta contienda. Efectivamente, más allá de que hubiera sido o no Patricia Bullrich quien encabezó la candidatura, ha quedado como un espacio que no sólo perdió una elección, la chance de gobernar, sino que, hasta este preciso momento, cuando estamos hablando, está aparentemente en un clarísimo proceso de desintegración o disolución, con muchísimas posturas que claramente hacen a ese rompimiento del sistema de partidos. Hoy, en lo que sucede en Juntos por el Cambio, pareciera ser que es el modo más explícito en que esto se manifiesta. Ha implosionado públicamente y no parecería tener opciones de orden o control en el corto o mediano plazo.

¿Qué viene hacia adelante?

Es bastante difícil lo que se puede avizorar. Argentina ha entrado en una especie de torbellino o vértigo, donde cada 24 horas hay noticias que trastocan literalmente la oferta política de muchos sectores, pero particularmente por el impacto que esto está generando, particularmente en Juntos por el Cambio. ¿Qué se puede avizorar? Bueno, en general lo que se ve en los balotajes es que son procesos que arrancan de cero. Éste arranca, pero con un nivel de vértigo inusitado. No creo que nadie lo tenga ganado de antemano, aunque psicológicamente está en una postura inicial más favorable Sergio Massa. Habría que ser muy muy prudente sobre si aquí la idea del orden, la reconstitución, la unidad, prima por sobre el anti-kirchnerismo. Es decir, me parece que el resultado está abierto y dependerá hoy básicamente de que Javier Milei y sus socios eventuales no sigan cometiendo errores como hasta estos días. Desde mi propia perspectiva, eso está sucediendo prácticamente a cada rato.

(*)Pablo Deheza Editor de Animal Político /// La Razón

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