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“Estoy dispuesto a perder mis dos piernas, pero que me quiten el dolor”

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(Infodiez-30/09/20)

A sus 65 años Luis Cerezo se resignó a perder sus dos piernas por una necrosis repentina. Su único clamor es que el dolor pueda parar.

“Todos tenemos un destino marcado, pero nunca pensé que este sufrimiento fuera el mío. Todas las noches es una tortura, tengo que morder la cama para gritar en silencio y no molestar a mis hijos, el dolor es insoportable y en ningún lado me quieren atender”, contó don Luis a 24/7 Noticias.bo

Hace dos meses Luis sintió un malestar al volver de su trabajo, uno de sus hijos se percató que tenía fiebre y como remedio casero, le puso huevo batido en las axilas y en la planta de los pies para bajar el calor corporal; sin embargo, cuando despertó sintió en su pierna derecha un adormecimiento, además de estar fría e hinchada.

Creyó que friccionandola el dolor  pasaría, pero no fue así. Con el paso de los días, los dedos de su pierna empezaron a tener ampollas y materia, la infección se agrandó y avanzó rápidamente hasta su tobillo.

En agosto, fueron a dos hospitales de la ciudad de El Alto y a otros dos en La Paz, pero en ninguno lo atendieron. Según cuenta don Luis, los médicos solo le decían que era COVID-19 y que no tenía solución, otros le dijeron que el tratamiento le costaría al menos 60 mil bolivianos, e insistieron que era coronavirus.

“Las enfermeras de lejitos no más me miraban y entre ellas decían que puede ser contagioso. En la clínica de Sopocachi, me cobraron 200 bolivianos la consulta, pero no me atendieron”.

Benita es su concubina desde hace 23 años, cuenta que no tienen recursos económicos para seguir en busca de hospitales. Lo único que hacen es envolver las piernas de don Luis con periódicos y luego le ponen medias porque la necrosis a causado que despida un olor nauseabundo.

“Su pie está como cartón, las uñas se le salieron y no siente nada. El olor es fuerte, por eso le envolvemos con periódico. No se mueve para nada. Ahora su otro pie más está empezando a hincharse, el derecho así empezó a podrirse”, dijo Benita con lágrimas de impotencia.

Antes de que ocurriera está desgracia, don Luis trabajaba como “sereno” del mercado Rodríguez en La Paz, es decir cuidaba los puestos desde las 19.00 hasta las 5.00, que era el cambio de turno.

Viven en una casa alquilada en la zona Chijini alto de la urbe alteña. Don Luis dejó de trabajar y llora cabizbajo, triste y decepcionado.

“Primero no quería perder mis piernas, pero ya no siento nada, solo un fuerte dolor que no me deja dormir. Cada que anochece me resigno a sufrir hasta que amanezca. No puedo echarme porque el dolor sube hasta mi espalda y es como si tuviera un rayo que me quema por dentro”.

Don Luis pide a las autoridades que lo ayuden para ser internado en un centro médico, lo atiendan y le den algún medicamento para el dolor o caso contrario le realicen estudios médicos para determinar una solución.

“Por favor doctores atiendanme, ya no puedo soportar el dolor. Le ruego a la ministra de salud pueda hacer algo para que me reciban en algún hospital”, clamó don Luis, con las manos tapando su rostro, queriendo esconder las lágrimas que no puede evitar derramar.

Las personas que quieran ayudar a don Luis pueden comunicarse con el número de celular 73557051.

Fuente: 24/7 Noticias.bo

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