Significó Rostan que este sistema de validación de las sustancias destruidas e incineradas no se practica en otras partes del mundo y hace del modelo boliviano un estado cooperante que permite justamente la verificación, lo que genera mucha confianza para la comunidad internacional.
Agregó que al propio tiempo este método aporta mucha confiabilidad para el país en los diferentes operativos y en los procesos de destrucción.
‘Sobre todo, hemos observado justamente que Bolivia ha hecho muchos esfuerzos en modernizar su aparato, sus mecanismos de lucha contra el narcotráfico’, reconoció el experto en el diálogo con Prensa Latina.
Informó el representante que el año pasado el Ministerio Público y la Fuerza Especial de Lucha contra el Narcotráfico (Felcn) bolivianos realizaron 565 actos de quema de sustancias ilegales, un seis por ciento más que en 2017, y la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (Unodc, por sus siglas en inglés) participó en 208.
El funcionario precisó que incautaron siete mil 592 kilos de clorhidrato de cocaína, 95 por ciento más que en los 12 meses anteriores; ocho mil 584 de marihuana para expendio y 10 mil 483 de cocaína base.
La Unodoc asistió a la incineración de seis mil 532 kilogramos de cocaína base, de cinco mil 441 de clorhidrato de cocaína y cinco mil 799 de marihuana.
Como observador, el experto elogió que el pesaje de las sustancias ilegales destruidas una vez sacadas de las salas de evidencia coincidía con la cantidad registrada originalmente.
Rostan agradeció a la Unión Europea (UE) y al Reino de Dinamarca por el apoyo al Gobierno boliviano en la lucha contra el narcotráfico, y en la capacitación de funcionarios en la identificación, incautación y destrucción de drogas, incluidas las de síntesis y nuevas sustancias psicoactivas.
El presidente Evo Morales explicó recientemente que desde 2009, Bolivia aplicó una política propia contra el narcotráfico, sin la presencia de militares ni agentes de Estados Unidos, y los resultados empezaron a ser reconocidos por otros países y organismos internacionales.
El Estado Plurinacional basa su estrategia nacional contra este flagelo en la reducción de la oferta y la demanda, control de cultivos excedentes de coca y responsabilidad internacional compartida.
