Ni siquiera el raquetbol, la disciplina que más alegrías le  dio al país y que aspira a conseguir la medalla de oro en los Juegos Suramericanos de Cochabamba 2018, se salva de las dificultades que tienen todos los deportistas bolivianos. “Buscamos qué comer. Nos dicen que saquemos la factura a nombre del COB, pero sería un milagro que tal vez nos devuelvan (el dinero)”, dice la raquetbolista Angélica Barrios.

El equipo Bolivia está conformado por los hermanos Carlos y Roland Keller, Conrrado Moscoso, Kadim Carrasco, Yazmine Sabja, Valeria Centellas, Jenny Daza y Angélica Barrios, quienes obtuvieron los cupos en un campamento realizado hace unos meses en Santa Cruz.

Ayer no tuvieron un buen inicio en su preparación,  ya que esperaron por 50 minutos aproximadamente para  entrenarse, pues estaba planificado que inicien labores a las 10:00, pero lo hicieron a las 10:50, y no en el Complejo de Sarco, donde se llevará a cabo la competencia, sino en un coliseo que está cerca de dicho escenario.

“Fue inesperado que nos digan que están fumigando el complejo, por eso hicimos otro trabajo  fuera de las instalaciones. Esto nos quita la rutina normal que tenemos, sólo debemos seguir adelante”, señaló el entrenador Gonzalo Amaya.

El trabajo que realizaron los seleccionados fue más físico, con ejercicios de velocidad y fuerza. La labor estuvo a cargo del cochabambino Jhony Pérez, exatleta y triple medallista de oro en los Juegos Cruz del Sur de 1978.

Otro inconveniente que tienen los raquetbolistas es que ellos  cubren todos sus gastos. Tienen la promesa de que el Comité Olímpico Boliviano (COB) les devolverá el dinero con la presentación de facturas.

“Hay varias disciplinas que necesitan mucho apoyo y el raquetbol no es la excepción. Pensé que por ser sede de los Juegos nos iban a apoyar, pero al parecer no. De igual forma empresas privadas y la federación nos han brindado ayuda, aunque no es suficiente”, dijo Barrios.

Daza, una de las más experimentadas en este deporte, aseguró que “nos ha faltado apoyo en la parte de alimentación, un catering vale unos 1.500 bolivianos y no podemos erogar esos gastos porque estudiamos y trabajamos”.

El aspecto de la alimentación es fundamental para un atleta de alto rendimiento y los ocho raquetbolistas no tienen un lugar en específico dónde almorzar y cenar porque en el hotel donde descansan sólo sirven desayuno. “Buscamos qué comer. Nos dicen que saquemos la factura a nombre del Comité Olímpico Boliviano, pero sería un milagro que tal vez nos devuelvan. En estos días ya he gastado unos 250 bolivianos”, añadió Barrios.

Para Carlos Keller la situación del raquetbol y de los demás deportistas del país “es lamentable” porque “nos han dejado de lado por parte del Ministerio de Deportes. Tenía entendido que el proyecto Equipo Bolivia iba a continuar este año, pero no fue así. Igual otros deportistas no han tenido nada de respaldo, así que es una lástima porque en Bolivia hay bastante talento”.

Pese a todos estos inconvenientes los raquetbolistas dijeron que pondrán todo durante la competencia para conseguir la presea de oro, lo cual se puede conseguir gracias a los logros que obtuvieron en otras pruebas internacionales.

En marzo pasado estos mismos jugadores participaron en el panamericano de Temuco, Chile, donde ganaron una presea de oro, una de plata y otra de bronce. En aquella oportunidad Carlos Keller se coronó campeón en singles,  en la categoría Open  luego de ocho años, ya que la última vez lo hizo Ricardo Monroy en 2010.

Para los Juegos Bolivarianos de Santa Marta, Colombia, del año pasado, Bolivia cosechó cuatro metales de oro, dos de plata y dos de bronce.

A tierras cafeteras acudieron Moscoso, los hermanos Keller, Cristhian Mina, Daza, Brenda Laime, Centellas y Barrios.

Mientras que en los Juegos Panamericanos de Toronto, Canadá, en 2015, se obtuvo una medalla de plata y dos bronces, la mejor producción de una delegación boliviana en un evento de este tipo. Al país del norte fueron Moscoso, los hermanos Keller, Carola Loma, Natalia Méndez y Adriana Riveros.