Tiene 15 años estudia dos carreras en la ‘U’, es uno de los 700 bolivianos ‘superdotados’ 

Una tarde de 2006, los padres de Inti Rojas se sorprendieron cuando se dieron cuenta de que su niño de solo dos años era capaz de leer.

Su padre, Adalid Rojas, cuenta que a los dos años ‘casi se cae’ cuando su hijo empezó a leer por sí mismo. “Le pregunté ¿Qué dice aquí? y me respondió ‘Universidad Gabriel René Moreno; le mostré números y empezó a leerlos del 1 al 10”, recuerda.

Ahora Inti tiene 15 años y estudia dos Ingeniería de Sistemas y Derecho. Quiere terminarlas ambas y luego estudiar Mecatrónica. Además, espera obtener una beca para estudiar en el exterior.

Él es uno de las 53 personas en Cochabamba, y más de 700 en Bolivia que el Ministerio de Educación tiene identificados con coeficiente intelectual por encima del promedio (superior a 130), es decir, son considerados ‘genios’.

Víctor, de 14 años y René, de 17, a simple vista son dos adolescentes comunes, pero también tienen un coeficiente intelectual por encima de 130. René empezó a estudiar Ingeniería Biomédica en la Universidad, donde ingreso tres años antes que cualquier estudiante regular.

Toca el piano, es cinta negra en karate y también se siente especialmente atraído por el dibujo. Por su parte, Víctor es más analítico, tiene una facilidad de palabra sorprendente, a sus cortos 14 años demuestra una capacidad amplia en oratoria. Toca guitarra, piano, es nadador y cinta marrón en karate.

Sin embargo, pese a que la Constitución Política del Estado y la Ley 070 de Educación Avelino Siñani – Elizardo Pérez prevé que estas personas deben ser atendidas “con calidad y pertinencia” dentro del sistema educativo, el pedagogo Ubaldo Santamaría, señala que estas personas no tienen suficiente estímulo en el sistema regular. “Se sienten frustrados porque no pueden avanzar al ritmo que requieren”, señala.

La subdirección de Educación Alternativa, de Cochabamba señala que no existen programas especializados para estas personas por lo que deben seguir en el sistema regular. Ante esta situación, Santamaría señala que centros privados tratan de organizar alternativas para desarrollar las habilidades de estas personas.

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